El Criticón

Opinión de cine y música

Spectre


Spectre, 2015, EE.UU.
Género: Acción, suspense.
Duración: 148 min.
Dirección: Sam Mendes.
Guion: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade, Jez Butterworth
Actores: Daniel Craig, Léa Seydoux, Christoph Waltz, Ralph Fiennes, Monica Bellucci, Ben Whishaw, Naomie Harris, Dave Bautista, Rory Kinnear.
Música: Thomas Newman.

Valoración:
Lo mejor: La elegancia de Mendes, el carisma de Craig. Algunas escenas bastantes intensas.
Lo peor: Parece escrita y dirigida con desgana, sobre todo a la hora de editarla: le falta garra, ritmo, y le sobra mucho metraje. Con un nuevo montaje que agilice la narración podría sacarse una película algo superior, y desde luego más entretenida.
Mejores momentos: El plano secuencia inicial. La persecución pausada. La pelea en el tren.
El presupuesto: ¡245 millones de dólares!

* * * * * * * * *

Las expectativas ante la llegada de Spectre estaban por las nubes. Tras el fiasco de Quantum of Solace, Skyfall recuperó el camino al que apuntaba Casino Royale, hacia una saga más seria y compleja y menos enquistada en clichés repetidos en todos los capítulos, y además lo hizo con una puesta en escena muy personal de Sam Mendes que resultó fascinante. Las buenas críticas de esos dos notables episodios y su gran taquilla (sobre todo la de Skyfall: ¡mil cien millones de dólares!) evidenciaban que el público quería más entregas de ese nivel, y cuando Mendes tomó las riendas del proyecto después de muchas negociaciones y opciones descartadas (algunas que daban miedo, como el insulso David Yates) se renovaron las esperanzas y ansias, que además desbordaron cuando se anunció como el capítulo final de la trama seriada que estaban montando. Pero la llegada de Spectre ha decepcionado tanto o casi tanto como Quantum of Solace

Al contrario que en la segunda parte protagonizada por Daniel Craig, que suponía un paso atrás mediante una simplificación excesiva del esquema clásico, aquí sí se ve algo más de ambición en las intenciones… pero me temo que está muy mal encauzada, de forma que los errores limitan mucho su alcance y termina siendo más simplona de lo que debería.

Sus autores quieren abarcarlo todo pero nada lo cogen con determinación y lo dirigen hacia algo concreto y atractivo. Intenta ser compleja y trascendente y tocar distintos estilos como las dos entregas más aclamadas, y a la vez busca la épica intensa y melancólica propia de un episodio final. Para esa nostalgia trata de mirar al pasado, recuperando la mítica Spectre y el misterioso Blofeld y su gato, usando situaciones comunes, citas y homenajes en cantidad.

Por todo ello, encontramos una película descentrada, superficial y muy larga. El ritmo es aletargado, aburrido por momentos, y sus distintas intenciones no llega a cohesionar a un nivel superior. No aguanta revisionados, algo imperdonable en una de acción y en una saga que tiene que atraparte para próximos episodios. Quantum of Solace era bastante tontorrona, pero iba al grano con energía y resulta muy entretenida.

Después de tanto tratar de generar expectación con Spectre este grupo archienemigo acaba siendo puro humo. El malo grandote (Dave Bautista) es un cero en carisma y su presentación matando a otro miembro es digna del cine cutre, el del programa de espionaje es muy obvio y el actor Andrew Scott pésimo, y el gran villano Blofeld no tiene pegada alguna, de forma que ni un buen actor como es Christoph Waltz logra sacarle algo de jugo. Un loco más que quiere dominar el mundo, otra batallita en su aislada base y una explosión salida de la nada que acaba con todo. No hay más, no tenemos un enfrentamiento glorioso y trágico que transmita fuertes emociones, algo que se esperaba dado el acercamiento al pasado relacionado con Bond, no se construye un personaje que cause temor y sea capaz de asombrar por sus habilidades y planes, algo que sí conseguían con Silva en Skyfall.

Los saltos entre escenarios y las pesquisas de Bond van a trompicones y con lentitud a pesar de no ser nada complejas. Hay escenas de todo tipo y casi ninguna termina de funcionar. Hay partes simples que se eternizan, como la estancia en el hotel donde buscan pistas. Por el lado contrario, encontramos la acción delirante de lo peor de la etapa Brosnan: la persecución en avioneta es tan salida de madre que acaba siendo otro momendo involuntariamente cómico, y la pelea inicial en el helicóptero es demasiado repetitiva y larga. Vuelve la cienci-magia: ¿pero qué es lo que hace Q con el anillo cómo saca huellas, rastros de adn, pretenden que nos creamos que el anillo personal de un individuo ha pasado por toda la organización? Hay mil referencias y homenajes que no aportan casi nada, se empeñan en recordar los enemigos y amigos de la etapa Craig con una insistencia cargante, contribuyendo a la sensación de película atascada en un bucle. Mantienen la idea de aumentar la presencia de M y otros secundarios (Monypeny, Q, Tanner), pero al contrario que en Skyfall aquí no funcionan del todo, porque ocupan mucho tiempo para lo poco que se saca de ellos: en vez de complementar a Bond lo eclipsan. La fémina de turno es un quiero y no puedo. Léa Seydoux es bella y competente, el personaje tiene su encanto… pero no aporta nada sustancioso, y el romance no es nada verosímil. Las relaciones de estas películas son pasiones de pocos días, pero aquí parece que tratan de decir que se han enamorado y quieren hacer vida juntos, algo que no vemos desarrollarse en ningún momento.

Lo sorprendente es que los guionistas son los mismos en toda esa etapa. Cómo se puede estar tan acertado en un capítulo y tan cerca del suspenso en otro. El guion parece hecho a trozos y sin esfuerzo por unirlo todo.

En cuanto a la puesta en escena, no alcanza al nivel de Casino Royale (sólida y contundente) y Skyfall (elegante y sugerente), pero al menos sí mantiene las formas aceptablemente, dándole aunque sea una fachada de película seria y trascendente que disimula ligeramente sus carencias. Pero de aceptable a notable hay un salto importante. Mendes mantiene un tono visual correcto y se marca algunas escenas bastante eficaces, como el plano secuencia inicial y la persecución pausada, pero en líneas generales parece haber puesto el esfuerzo en esos momentos puntuales y rodado el resto con el piloto automático. La narración fluye adormilada, sin sacar la energía esperable del resto de escenas de acción ni encontrar el tono de glamour deslumbrante habitual. Una historia que cambia tanto de escenario, por la que pasan tantos personajes secundarios y que pretende ser un final épico, no puede tener un ritmo tan manso, aletargado. Pide a gritos un montaje más ágil, que dé ritmo y recorte los segundos innecesarios que parecen tener casi todas las secuencias, y que fulmine algunas enteras que no aportan nada (esa absurda visita al meteorito, por ejemplo). Hasta la banda sonora de Thomas Newman se ve afectada por estas deficiencias narrativas, pues si en Skyfall logró un trabajo muy sugerente y adaptable, aquí se atasca más de la cuenta en temas de acción repetitivos.

Se descuida tanto el relato que hay patinazos y gazapos bastante notorios. Los protagonistas se patean medio mundo con urgencia pero tienen tiempo de comparse o alquilar trajes lujosos en cada lugar; la chorrada llega al nivel de que la chica se acuesta vestida y se despierta con un bonito camisón. Tan listos como son los malos y tanto que conocen a Bond y su organización, y resulta que cuando lo atrapan no le quitan el reloj, no lo registran por si tiene cachivaches ocultos. El villano se deja disparar en el helicóptero en vez de decir que hagan maniobras evasivas, o ya podría haberlo deducido por sí mismo el piloto. En el final, malherido, se arrastra tratando de huir como un pordiosero en vez de esperar sentado creyendo que saldrá airoso con su poder, como sería lo lógico.

* * * * * * * * *

Saga James Bond:
Casino Royale (2006)
Quantum of Solace (2008)
Skyfall (20012)
-> Spectre (2015)
Sin tiempo para morir (2021)
Sin tiempo para morir (2021)

Una respuesta a “Spectre

  1. Alberto E. V. 23/12/2015 en 15:17

    Cada vez que pienso en ella, más fuerte se me hace la decepción. Empieza magistralmente, con Mendes dándolo todo y una buena continuación de la segunda reinvención que introdujeron con «Skyfall». Pero luego vuelven con las chorradas del trauma infantil, y en cuanto Spectra y el villano tienen que demostrar todo su poder… la película se viene abajo en ese sentido: la parte antagónica de esta historia es ridícula, sin más. Waltz no tiene entidad ni un trasfondo y desarrollo coherentes (¡o mínimamente construidos! ¡Es un niñato con pataletas!), y Spectra no parece en ningún momento la organización malvada definitiva. Y el recurso del anillo, como dices, es una ineptitud argumental preocupante…

    A mí no me preocupa tanto que Bond vuelva a sus tópicos, porque forman parte del personaje, como que los actualicen mal. Y, peor aún, que vayan con el ego subido de que ahora la saga es Cine puro, y al final nos traigan películas tan inestables como esta. Por una vez, si hay otra más con Craig, quiero divertirme desde el principio.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.