El Criticón

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La balada de Buster Scrugss


The Ballad of Buster Scruggs, 2018, EE.UU.
Género: Western, aventuras, comedia, drama.
Duración: 133 min.
Dirección: Ethan Coen, Joel Coen.
Guion: Ethan Coen, Joel Coen.
Actores: Tim Blake Nelson, Zoe Kazan, Tom Waits, James Franco, Liam Neeson, Harry Melling, Bill Heck, Brendan Gleeson, Tyne Daly, Jonjo O’Neill, Stephen Root, Saul Rubinek, Clancy Brown, Willie Watson, Grainger Hines, David Krumholtz.
Música: Carter Burwell.

Valoración:
Lo mejor: La fuerza dramática de algunas historias, por sencillas que sean. El impecable aspecto visual. El llamativo reparto.
Lo peor: Las partes experimentales rompen el tono y la calidad.
El dato: A pesar de que los medios lo repiten como borregos, todo el proyecto se desarrolló como película, en ningún momento se anunció una serie de la que luego se echaran para atrás.
La frase: ¿Es tu primera vez?

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Los hermanos Coen son una lotería, su personal cuando no experimental filmografía es tan difícil de catalogar como de asimilar, y con tanto riesgo de vez en cuando han cometido algún patinazo bien gordo. Cuando anunciaron una película con seis historias independientes me temí que arrastrara el mismo problema, la irregularidad entre títulos, y no cuajara como conjunto, y me resistí a verla durante un tiempo. Pero finalmente la curiosidad me pudo y le di una oportunidad. Cumple en cierta manera mis temores, pero las partes menos conseguidas no se me han atragantado (a excepción de la última) porque son lo justo de entretenidas y además duran poco, pero sobre todo porque las buenas hacen olvidarlas pronto y dejan muy buen recuerdo global.

Todos los cortos giran alrededor de temas clásicos del viejo oeste tratados en infinidad de novelas y películas (podría citar innumerables posibles referentes), y estas a su vez inspiradas en la historia de aquellos tiempos. Hicieron algo parecido en ¡Ave, César! (2016), donde intentaban abarcar y homenajear distintos aspectos del Hollywood de los años cincuenta, pero el resultado fue caótico e insoportable, mientras que en esta, a pesar de que las historias están separadas, la cosa funciona bastante mejor.

Cada una tiene un estilo muy diferenciado dentro del margen en que suelen moverse los autores. Las mejores están en su línea dramática y de giros funestos, pero sorprenden con un tono muy serio y contenido, mientras que las más flojas son las que tienen más de su humor descabellado y surrealista. En común tienen la fotografía de Bruno Delbonnel y la música de Carter Burwell. El francés Delbonnel deslumbró en Amelie (2001) y venía de hacer buenas migas con los Coen en A propósito de Llewyn Davis (2013). Este es capaz de sacar la belleza más asombrosa de los grandes paisajes, de dar color y alegría en las partes cómicas, y de sumergirnos en un ambiente triste en las más dramáticas. Burwell es un colaborador habitual. Realiza una aproximación muy fiel a la música de la época, con mucha guitarra clásica y violín, y se adapta también a la perfección al tono de cada segmento.

Cabe señalar que es la primera ocasión en que los Coen abandonan el celuloide por las cámaras digitales, aunque según dicen lo hicieron para abaratar costes. Y también decidieron distribuir la cinta por Netflix, con un estreno limitado en dos cines para poder optar a premios (donde les fue bastante bien). Aunque a la hora de la verdad ha sido Roma de Alfonso Cuarón, del mismo año pero con más impacto mediático, la que ha empujado a tratar seriamente el debate de que hay que actualizar las normas de distribución y premios, y por ahora no para bien, porque la industria y muchos autores importantes siguen viendo a las plataformas online como un paso atrás en vez de el futuro inevitable y una mejora en muchos aspectos, el primero, que dan cabida a tipos de cine que las grandes productoras cada vez quieren menos.

LA BALADA DE BUSTER SCRUGGS
Duración: 15 min.

La primera historia puede espantar a muchos. Repasa la típica vida del pistolero del oeste haciendo mención a los escenarios y situaciones más reconocibles con un tono caricaturesco e incluyendo varias canciones. Resulta un relato simpático y tiene un ritmo ágil, pero no veo material como para que pueda dejar huella alguna. El poco conocido Tim Blake Nelson cumple como buen profesional, pero no consigue causar impresión alguna, algo que un protagonista único tiene que conseguir.

CERCA DE ALGODONES
Duración: 12 min.

El segmento dedicado a los atracos a bancos y a los indios se inclina por acción ligera y la comedia estilo slapstick (tortas y enredos violentos). James Franco como el bandido y Stephen Root como el banquero pillan el tono absurdo muy bien. El atracador se mete en una serie de líos de los que no parece poder salir, y a cada nuevo embrollo le sigue un giro ingenioso, hasta acabar en un tramo final tronchante. ¿Es tu primera vez? Lo malo es que resulta aún menos trascendente que la anterior. Se ve muy bien, pero se olvida muy rápido, tanto que al ponerme con un segundo visionado ni recordaba que existía.

EL MANTENIDO
Duración: 20 min.

De lo más loco pasamos a lo más serio y trágico. Un feriante (Liam Neeson) malvive con lo que saca exhibiendo a un actor desgraciado sin piernas ni brazos (Harry Melling y un buen trabajo de efectos especiales). El ambiente melancólico y desesperanzado se contagia rápidamente. La vida es una agonía interminable, sufrir un día eterno y agotador tras otro para obtener algo que comer y esperar con resignación otro amanecer. La angustia se contagia con bastante intensidad, no es agradable de ver. El final es demoledor y deja muy mal cuerpo.

EL CAÑÓN DE ORO
Duración: 21 min.

Inspirada en la obra de Jack London. Seguimos las andanzas de un anciano que viaja en solitario a tierras inhóspitas en busca de oro. Por suerte, este segmento empieza despacito, introduciéndote poco a poco en la aventura del buscador, con lo que da tiempo a salir del hechizo funesto del anterior. El peculiar cantautor (nunca he conseguido cogerle el punto) y a veces actor Tom Waits encandila pronto con sus vivencias, los paisajes quitan la respiración, el proceso de encontrar oro resulta muy ameno. Parece que estás ahí con el vejete, silbando mientras cava. El relato resultante es sencillo pero encantador, precioso en algunos tramos.

LA MUJER DESCONCERTADA
Duración: 38 min.

Inspirada en la obra de Stewart Edward White. Los inmigrantes buscan tierras donde encontrar una vida mejor, viajando en grupos de caravanas. Pero la conquista del oeste no es fácil, hay que abandonar lo conocido y enfrentar muchos retos. La joven Alice (Zoe Kazan) vive cada día sin saber qué le deparará el siguiente. Hay baches inesperados que tiran al traste sus débiles esperanzas, y otras nuevas surgen cuando menos pensaba. Encuentra un apoyo fortuito en dos guías de su partida, el anciano silencioso encarnado por Grainger Hines y el joven atento en manos de Bill Heck. ¿Conseguirá salir adelante con su apoyo?

Es la historia más larga y compleja, tan buena y hermosa que acabas con ganas de que le hubieran dedicado una película completa. Un sinfín de anécdotas, conflictos y sentimientos exponen cómo era la vida de la época con gran naturalidad, absorbiéndote por completo de principio a fin. Familias y matrimonios, esperanzas y miedos, los distintos problemas del camino, las vueltas imprevistas del destino… La joven desvalida se hace querer, desearías estar ahí para ayudarla. Los guías, con personalidades dispares, son muy atractivos también. La puesta en escena saca todo el partido de los grandes paisajes, y bien que sudaron los Coen rodándola. Y el final es inolvidable.

LOS RESTOS MORTALES
Duración: 15 min.

Pasamos de todo lo alto a estrellarnos en un enredo psicológico que desentona mucho y aburre más. En una diligencia, los cinco pasajeros hablan de sus vicisitudes. Distintas visiones del mundo se entrecruzan con diálogos bastante inteligentes y con profundidad por lo general, pero tan enrevesados y por momentos pedantes que parecen muy artificiales. La puesta en escena es lo contrario a lo visto en el resto de la cinta: canta mucho que se rodó en estudio, resulta demasiado cutre. Las lecturas que se pueden sacar sobre la vida y la muerte son interesantes, pero no sé yo si merece la pena tragarse tanta cháchara para llegar a conclusiones que a la hora de la verdad no impactan tanto.

Este último corto pone de manifiesto que La balada de Buster Scruggs habría funcionado mucho mejor con mayor coherencia estilística, más concretamente si hubiera mantenido las formas serias de las tres historias centrales. Estas realzan tanto el conjunto que muchísimos medios la incluyeron entre las mejores películas del año.