El Criticón

Opinión de cine y música

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Capitán América: El Soldado de Invierno


Captain America: The Winter Soldier, 2014, EE.UU.
Género: Acción, superhéroes.
Duración: 136 min.
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guion: Christopher Markus y Stephen McFeely. Jack Kirby y Joe Simon (comic).
Actores: Chris Evans, Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson, Sebastian Stan, Anthony Mackie, Robert Redford, Cobie Smulders, Frank Grillo.
Música: Henry Jackman.

Valoración:
Lo mejor: Trama y personajes sólidos e interesantes, puesta en escena excelente. Entretenimiento de calidad asegurado.
Lo peor: Algún tópico y detalle menor.
Mejores momentos: La pelea en el ascensor. La lucha contra el soldado de invierno por las calles.
El agujero de guion: Cuando presentan a Batroc, el líder de los piratas, lo definen como asesino experimentado. Más adelante vuelven a mencionarlo y dicen que no se dedica al asesinato.
La frase: No me mire a mí. Yo hago lo mismo que él sólo que más lento.

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Los Vengadores supuso la cima creativa del cine de superhéroes clásicos (Batman siempre ha ido aparte) y parecía poner el listón demasiado alto para el porvenir tanto de esta serie Marvel como en global. Iron Man 3 tiraba demasiado por el «más grande y ruidoso» y dejaba de lado el tono cercano y carismático que transmitía en sus orígenes, y el reinicio The Amazing Spider-Man resulta incomprensible por mirar hacia atrás en vez de hacia adelante (también es culpa del público, por no darle la espalda). Quedan esperanzas porque con Thor 2 han sabido seguir con lo clásico exprimiendo la fórmula de poner a los personajes por encima de los fuegos artificiales y ofrecer un entretenimiento sólido, sincero y divertido, pero queda por ver cuántos títulos más se pueden hacer sin que el género parezca desgastado y repetitivo. Ahí está El hombre de acero y su forzado o directamente falso sentido de la trascendencia y el espectáculo, por ejemplo. Quizá a sabiendas de esto con Capitán América 2 han dado un paso adelante, se han arriesgado a darle una vuelta de tuerca al género convirtiéndolo en un thriller. No habrán tirado de ideas revolucionarias, pero teniendo en cuenta lo que se juegan en taquilla desde luego es un movimiento valiente.

Sin ir más lejos sus pilares como thriller son evidentes, por ejemplo la posición del secretario en la trama se ve venir de lejos y la no-muerte de un personaje canta a distancia, pero la mezcla con superhéroes le da un aire renovado muy interesante y el guion es bueno y no deja la sensación de que se tira por caminos muy andados. El complot es firme y coherente (sin agujeros ni sensacionalismo) y la investigación se desarrolla con buen ritmo, con la combinación justa de intriga, acción y problemas personales. Resulta una película pausada para lo estandarizado en el cine de superhéroes, pero mantiene el interés siempre alto porque sabe colocar todas sus bazas en el momento justo. El humor, el drama, el suspense, la acción, el puzle y sus resoluciones, el dilema moral, el villano, el nuevo amigo, los fantasmas del pasado, la maduración del héroe y también de quienes le rodean… No deja ningún cabo suelto y todo está bien equilibrado y engrasado. Además la crítica a los abusos de gobiernos y de las agencias espionaje es clara y sorprendente dado que es una cinta comercial.

En la puesta en escena confiaron no sé por qué en los desconocidos hermanos Anthony y Joe Russo y estos han deslumbrado a lo grande. Su labor es comedida en el thriller, vistosa en las escenas más ampulosas y complejas, y muy inspirada en las peleas cara a cara. La lucha final en los helicarriers es larga y espectacular, destacando por los impecables efectos especiales, pero yo me quedo con las clásicas persecuciones y tiroteos. La inicial con Nick Fury se estira un poco de cara a la galería, pero la central con los héroes y la llegada definitiva del villano es magnífica. El trabajo de los Russo haciendo gala de un control absoluto de la escena resulta impresionante: la mezcla de persecución, tiroteos, luchas mano a mano y la aparición del enemigo intrigante e imponente ofrecen una secuencia absorbente además de espectacular donde no se deja de lado la conexión con protagonistas, que sudan de lo lindo. Y todo ello sin abusar de efectos especiales y artificios baratos, sino sabiendo rodar y narrar como es debido.

Sólo algún pequeño desliz afea un relato tan consistente y entretenido, y todos son relativos a la sensación de que se recurre demasiado a la «ciencimagia» para resolver algunas situaciones, como si no quisieran pararse a pensar un poco más la situación, algo que desentona con un guion tan cuidado en general. Por ejemplo es muy exagerado lo de leer el ADN desde satélites (para empezar debería haber una base de datos mundial), que la Viuda Negra lleve un lanzador de garfio en la muñeca que ocupa tan poco que ni se ve en el resto del filme, y que su móvil sea capaz de descrifrar una clave únicamente escaneando las teclas. Otras veces se fuerza el espectáculo por encima de credibilidad: cómo hacen un agujero enorme en el suelo del furgón sin afectar a la transmisión, el eje, el depósito… no costaba nada salir por la puerta. Tampoco me convence algún giro como el tramposo maquillaje-holograma, o que no se explica cómo llaman al concejal o diputado fingiendo ser el secretario Pierce. Otro detalle un poco cantoso es el diseño de los servidores de los helicarriers, expuestos en una cúpula de cristal absurda donde son un objetivo fácil (como efectivamente podemos comprobar en el clímax); no sé en qué pensaban, si creían que era más vistoso así o qué, pero no resulta verosímil. En resumen, a veces da la impresión de que por ser más fantasía que ciencia-ficción se piensan que todo está permitido, y no es así cuando afecta a la credibilidad más básica y a la narrativa.

Y finalmente me parece también digna de señalar la ya afianzada, extraña y cansina idea de colar epílogos o enlaces con los siguientes capítulos después de o entre los créditos, escenas que además sólo los fans de los cómics pueden entender; para rematar, la que nos toca aquí resulta surrealista: aparecen dos mutantes, y como no pueden decir esa palabra, que es marca registrada por la competencia (¡!), los llaman «milagros».

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Serie Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
-> Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
Los Vengadores: Fin del juego (2019) (versión sin spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda negra (2021)
Los Eternos (2021)

Cuando todo está perdido


All Is Lost, 2013, EE.UU.
Género: Drama, aventuras.
Duración: 103 min.
Dirección: J. C. Chandor.
Guion: J. C. Chandor.
Actores: Robert Redford.
Música: Alex Ebert.

Valoración:
Lo mejor: Entretenida y con buen ritmo.
Lo peor: Poco impactante.

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Cuando todo está perdido es una clásica aventura del hombre contra la naturaleza, de supervivencia en situaciones extremas. Se caracteriza por su único personaje (nadie más aparece en todo el metraje) y la casi total falta de diálogos, pues apenas suelta unas pocas frases y gritos. Este solitario navegante despierta con un agujero en su yate de recreo, y a partir de ahí inicia una odisea por sobrevivir en medio del océano, complicándose la situación cada vez más por las intensas tormentas que azotan la zona.

Aun siendo una narración muy sencilla resulta bastante entretenida, pues un problema detrás de otro impiden que pierda ritmo. Pero también es cierto que de lineal y falta de garra acaba siendo poco impactante y trascendente. La comparación con Náufrago es inevitable: el viaje de Tom Hanks combinaba espectáculo, un personaje cuyas vicisitudes llegaban con intensidad, una interesante comparativa entre su vida normal y su estancia en la isla… Cuando todo está perdido es amena, pero no causa muchas sensaciones. Las dificultades llegan bien ordenaditas en fila y ninguna produce agobio, tensión o la impresión de inminente muerte del protagonista. De hecho, a veces cabe pensar que se lo ponen demasiado fácil: tiene comida y artilugios para navegar, y como mucho pasa algo de sed. Hay momentos en que parecen unas vacaciones con algún problema mecánico.

Otro impedimento a la hora de llegar a ser un filme con más empaque es que visualmente resulta bastante limitada. El director J. C. Chandor (autor de la recomendable Margin Call) se maneja bien en el reducido espacio del barco, pero no es capaz de mostrar los envites de la hostil naturaleza como una película de aventuras requiere. Es decir, no hay espectáculo y grandeza en las imágenes. Las tormentas no se ven, no tenemos ningún plano amplio mostrando las temibles olas, solo cae agua encima. Se puede decir que no había presupuesto para más (9 millones de dólares), pero entonces cabe preguntarse por qué teniendo una lista de unos quince productores no se puso un poco más de interés creativo y monetario.

El papel de Robert Redford también es criticable desde la perspectiva de que podría haber dado mucho más de sí con un mínimo esfuerzo. Da la impresión de que el personaje se resigna a aguantar todo lo que le cae encima sin más, y eso no lo hace especialmente interesante. ¿Dónde está el sufrimiento, el miedo, la tensión, el esfuerzo al límite por salir con vida? Tan solo en un par de momentos transmite algo de emoción, el resto del tiempo está muy inexpresivo.

Por lo que he leído en algunos artículos parece ser que Redford se creía que tenía un peliculón entre manos y se quejó de las pocas nominaciones a los grandes premios que ha obtenido, echándole la culpa a la distribuidora y no a su escasa trascendencia y calidad. Su nominación como actor en los Globos de Oro ha sido la única llamativa, y a todas luces es inmerecida, tanto como darle el mismo premio a la mejor banda sonora, que cumple bien su función pero ni por asomo destaca como para contarla entre las mejores del año.

Como entretenimiento cumple francamente bien, algo que debe señalarse como un mérito destacable dadas las limitaciones del escenario y el argumento, pero no deja de ser un telefilme que ha llegado lejos únicamente por el nombre de su protagonista.