El Criticón

Opinión de cine y música

Archivos mensuales: agosto 2009

10.000

10,000 B.C., 2008, EE.UU.
Género: Aventuras.
Duración: 109 min.
Director: Roland Emmerich.
Escritores: Roland Emmerich, Harald Kloser.
Actores: Steven Strait, Camilla Belle, Cliff Curtis, Joe Virgel, Affif Ben Badra, Mo Zinal.
Música: Harald Kloser, Thomas Wanker.

Valoración:
Lo mejor: Visualmente cumple correctamente.
Lo peor: El guión es uno de los peores de la historia del cine, y hace de la película una de las peores de la historia del cine.
Mejores momentos: La lucha final en las pirámides, con algunos planos espectaculares.

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La curiosidad pudo conmigo. De nuevo me lancé al visionado de una película de dudosa calidad por el interés en comprobar si realmente era tan floja o si merecía la pena como espectáculo sin pretensiones. Y la realidad me golpeó duramente. 10.000 es indudablemente una de las peores películas de la historia del cine y su guión merece una mención y un estudio aparte: ¿cómo se puede no ya crear sino dar el visto bueno a algo tan horroroso?

Iba a decir que no se puede echar la culpa totalmente al director, cosa demasiado habitual pues suele ser más visible que el guionista, pero es que el propio realizador es una de las numerosas manos que han perpetrado el libreto. De todas formas, Roland Emmerich hace un trabajo más que correcto tras las cámaras. Sabe aprovechar la espectacularidad que proporcionan los exteriores y los efectos especiales, ofreciendo imágenes bastante impactantes y hermosas; sin embargo el editor (o montador, como prefieran) es sumamente inepto y echa a perder muchas escenas, sobre todo en las conversaciones entre varios personajes, donde las secuencias están construidas de forma caótica, confusa. Pero es el guión el gran problema de la cinta. Es un cúmulo de despropósitos tan abismales que resulta incomprensible que en el cine de primera división (gran presupuesto, grandes productoras, autores de cierto nivel) pueda llegar a rodarse. Que sí, que de Hollywood han salido muchas películas malas, pero una cosa es un producto mediocre, facilón, vendible, y otra un engendro tan ridículo como éste; o en otras palabras, una cosa es una cinta flojilla pero entretenida y espectacular y otra un bodrio tan cutre y estúpido que resulta incluso molesto, que parece un insulto deliberado hacia el espectador. Y para colmo es sumamente aburrida. Hay tantas cosas que citar que no sé si seré capaz de unirlo todo de forma coherente.

Empiezo por la voz en off. Desde el prólogo resulta cargante, redundante, confusa… Pero por razones que se escapan a mi comprensión aparece de vez en cuando en medio del relato recalcando una situación evidente (que los protagonistas están viajando, por ejemplo; ¿de verdad no bastaba con las claras imágenes?) o peor, para añadir ideas y subtramas totalmente incongruentes, como la de la bruja de la tribu, que se pone malita la pobre al pensar que su gente está por ahí perdida. Creo que nunca he visto una voz en off tan fuera de lugar.

Sobre la trama, no me importa que se base en algo típico siempre que se cuente bien y se muestren buenas ideas, pero 10.000 tiene una historia que podría escribir un niño y sobre ella se montan tonterías insufribles. El pueblecito, el héroe, la princesa, la búsqueda, la aventura, el enfrentamiento contra el enemigo… Todo se forma con clichés primarios que son desarrollados de una forma tan simplona que parece una película de Disney, pero sin calidad alguna y llena de estulticia. Cada paso de la aventura es tan cutre que resulta vergonzoso, y por supuesto hay cosas tan llamativas que merecen la pena destacar: que los egipcios se vayan al lejano norte (mínimo el Cáucaso, aunque no queda nada claro, lo mismo llegan a Siberia) a buscar esclavos, que se recorran tantos kilómetros en un suspiro (y atención a la geografía: de montañas que ni el Himalaya se pasa a selva tropical en un paso, y en otro entran en los desiertos africanos), que para perseguir a los barcos egipcios no prosigan por el curso del río, sino que se adentren en infinitos desiertos…

Sin embargo lo que me resultó más molesto, por infantil y redundante, son las paridas que se montan con las profecías, con cansinos y rebuscadísimos hallazgos de marcas, héroes y destinos, algunos realmente penosos como el del tigre dientes de sable (que sí, que si salvas a un animal salvaje éste se hace tu amigo) o la cicatriz en la mano de la chica, que coincide con la forma de una constelación. Y aquí tengo que meter un spoiler sobre el final (no leas el resto del párrafo si no quieres destriparte la graaaan sorpresa de la película). Cuando por fin parece que va a sorprendernos con un apunte de guión atrevido la cinta cae aún más bajo, aunque a estas alturas parecía imposible: la princesita muere… y la bruja de la tribu, a distancia, la resucita, al parecer usando a un mamut como repetidor de sus poderes. No tengo palabras para describir la escena, y mucho menos para entender en qué cabeza cabe semejante sandez.

Y por supuesto, tratar analizar y criticar la nula lógica y coherencia histórica del relato es perder el tiempo. No hay más que ver a los mamuts (que van en manadas de cientos) empujando piedras en las pirámides, o mejor aún, el que los egipcios den semillas a la tribu protagonista y estos sepan llevar adelante los cultivos sin más ayuda. Y casi se me olvida: ¡hay una mención a que los egipcios probablemente procedieran de los atlantes! La única forma de aceptar todo esto es pensar que es una obra de fantasía, de la cutre pero fantasía.

Los personajes también merecen su análisis personalizado. Tan mediocres, inertes y huecos, tan típicos y predecibles… Sin embargo también hay algo peor que destacar de ellos, y es que la presentación de los mismos es tan torpona que durante el primer tramo de la cinta cuesta muchísimo diferenciarlos, discernir quién es el o los protagonistas principales, quién está hablando fuera de la pantalla o simplemente llevando la escena en ese momento. Parte la culpa la tiene obviamente el guión, que no obtiene una presentación clara y llamativa de los caracteres, pero también cuenta el parecido físico de los intérpretes (potenciado por el vestuario y los peinados –todos van iguales-), los nombres extraños y el flojo doblaje.

10.000 debería haber supuesto la expulsión inmediata de Hollywood de todo el que haya puesto una línea en el guión (según cada fuente varía, pero son bastantes autores). Es inexplicable que una historia que a primera vista espanta por su trivialidad e inmadurez siga adelante, pero es toda una paradoja que finalmente se consiga financiación para un libreto tan indescriptiblemente infame.

En cuanto a los demás elementos importantes de la película, hay puntos a favor y puntos en contra, saliendo algunos bien parados gracias a que es una superproducción de cien millones de dólares (aunque la verdad es que no luce tanto como semejante cantidad de dinero debería lucir). La música juega un papel fundamental pero es de poca calidad, un fallido intento de imitar los sonidos de la familia Zimmer (el tufillo a Piratas del caribe es descarado) que ofrece una partitura repetitiva, simplona y machacona. Los efectos digitales no son extraordinarios pero en general cumplen: en los animales se adivina con mucha facilidad el origen digital, pero se mueven muy bien y la interacción con el entorno es buena, mientras que los planos aéreos de la civilización egipcia son considerablemente complejos y realistas. Y el vestuario, maquillaje y demás atrezo está a la altura del presupuesto.

El casting sin embargo es otro aspecto que falla notablemente. Para empezar, los actores escogidos son penosos, aunque me resulta más destacable la absurda selección física. La tribu protagonista es una mezcla de gente de todas partes del globo: unos tienen rasgos árabes, otros mongoles, otros europeos, otros evidencian un origen afroamericano… y por si fuera poco para igualarlos los ponen en un plan hippie-rastafari que da risa. Qué poco cuidado han puesto en buscar realismo, credibilidad.

10.000 nació con intenciones de ser un taquillazo veraniego, y se puede decir que lo consiguió (270 millones de recaudación es más que suficiente para satisfacer los bolsillos de los productores), pero si llega a ser recordada en el futuro será porque su calidad roza el cero absoluto, porque es un despropósito de proporciones inconmensurables. Hay películas muy malas, más abajo aún encontramos el cine cutre (cine tan torpe, chusquero y amateur que resulta divertido)… y más allá, en un abismo de horrores innombrables, están cosas como 10.000.