El Criticón

Opinión de cine y música

Archivos mensuales: diciembre 2015

Sicario


Sicario, 2015, EE.UU.
Género: Acción, suspense.
Duración: 121 min.
Dirección: Denis Villeneuve.
Guion: Taylor Sheridan.
Actores: Emily Blunt, Josh Brolin, Benicio Del Toro, Victor Garber, Jeffrey Donovan, Raoul Max Trujillo.
Música: Jóhann Jóhannsson.

Valoración:
Lo mejor: La notable dirección de Denis Villeneuve, la música, la fotografía. El carisma de Emily Blunt, capaz de llenar la pantalla sin diálogos.
Lo peor: El guion más que simple parece incompleto.
Mejores momentos: El viaje a Méjico, el asalto en el túnel.

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Una competente agente del FBI, Kate Macer, llama la atención de un destacamento especial que lucha contra la influencia de los cárteles mejicanos en EE.UU., y la invitan a formar parte del grupo. Pero la violencia de estas mafias y las técnicas sucias de su nuevo trabajo podrían ser demasiado para ella: su idealismo y profesionalidad se verán ante retos que no había podido ni imaginar. Este viaje al infierno se expone a través de una trama muy sencilla pero exprimida con gran esfuerzo por el realizador canadiense Denis Villeneuve (Prisioneros, 2013) y está muy bien apuntalada por la excelente interpretación de Emily Blunt (Looper -2012-, Al filo del mañana -2014-).

Villeneuve maneja que da gusto el tempo narrativo, contruye un ambiente tenso con puntos álgidos sobrecogedores que transmiten magistralmente la sensación de desasosiego e inquietud por los inminentes peligros que rodean al equipo. Hay un par de escenas cumbre de las de agarrarse a la butaca conteniendo la respiración: en la misión a Méjico y el asalto al túnel el nivel de tensión pone los pelos de punta. Pero es ineludible mencionar la importancia de los elementos en los que se apoya: la banda sonora del islandés Jóhann Jóhannsson (La teoría del todo, 2014) es minimalista (sin grandes despliegues orquestales) pero esencial a la hora de realzar el peligro, la fotografía de Roger Deakins (destacando en especial en las escenas nocturnas) es vistosa pero equilibrada, y el montaje de Joe Walker es excelente. Finalmente, con Emily Blunt transmitiendo el estado de ánimo de Kate con gran intensidad, llenando la pantalla de forma impresionante en las muchas escenas en que los diálogos son escasos, se termina de lograr un thriller muy atractivo en lo visual y con bastante pegada.

Pero mucho me temo que la película se queda a las puertas de alcanzar metas más altas, pues el guion de Taylor Sheridan no vale para el thriller serio y de altos vuelos que sin duda buscaban. De ramplón y superficial resulta predecible, y tiene muchos huecos. La proyección avanza como si fuera el eterno prólogo de una trama que promete desarrollarse pero que no llega realmente a hacerlo, dejando un relato expuesto a retazos y algo forzado que no logra dotar de coherencia y entidad a la historia y el resto de personajes. Hay otros buenos actores, ojo, como Benicio del Toro y Josh Brolin, pero son roles secundarios muy puestos al servicio de la trama, no se les da vida con la fuerza y verosimilitud suficientes como para que resulten personajes naturales: el de Brolin es un cliché con patas y el de Del Toro puro humo; y peor resulta el amigo negro de la protagonista (Daniel Kaluuya), aburrido como él sólo y que evidentemente sólo sirve para tener una conexión con su mundo anterior, por no decir que no se justifica su presencia: no lo quieren ahí pero el tío se apunta a todo y nadie rechista. Realmente tampoco explican bien la presencia de Kate en el grupo, y cuando lo hacen resulta bastante cutre.

En cuanto a la trama, más o menos lo mismo, indefinición y patinazos. Unos cuantos giros que ni siendo muy rebuscados dejan de verse venir de lejos (como el estadounidense traidor, que además es completamente inverosímil), otros tantos puntos oscuros (la amenaza de muerte que sufre ella no hay quien se la crea, sabiendo lo fiel a las reglas que es y lo poco que tarda en ir a sus superiores cuando ve irregularidades), y varios momentos sensacionalistas (el asalto a la mansión parece sacado de una entrega de James Bond, con silenciador imposible incluido -¿esto no era una película seria?-). En todo este caos finalmente queda un análisis paupérrimo de temas que prometían mucho más: hasta dónde llegar con la lucha contra los cárteles, las peleas entre agencias, el oscurantismo gubernamental, etc.

También hay un juego con las perspectivas chocante y fallido. Toda la proyección se desarrolla desde el punto de vista del rol de Blunt, salvo las innecesarias y sentimentaloides apariciones del policía mejicano y el brusco giro en el final donde cambia a Del Toro, lo que se siente confuso, fuera de lugar. Dado que se reúnen luego, podía haberse incluído como un flashback, con él contándole lo que ha hecho. Tampoco puedo dejar de pensar que tenía que haber terminado con los dos mirándose, con el arma en alto, pero dejando todo en suspenso, en vez de ser tan claro y añadir un epílogo que de innecesario resulta absurdo.

Es cierto que Villeneuve consigue sacar bastante energía casi de cualquier escena (igual que con el guion del telefilme que tenía en Prisioneros -2013-), pero eso no impide que el ritmo tenga algunos altibajos. Entre eso y las vaguedades del guion, aunque Sicario te hace pasar muy buen rato, poco después empiezas a pensar en sus carencias y en que podía haber dado mucho más de sí.

Oculus: El espejo del mal


Oculus, 2013, EE.UU.
Género: Suspense.
Duración: 104 min.
Dirección: Mike Flanagan
Guion: Mike Flanagan, Jeff Howard.
Actores: Karen Gillan, Brenton Thwaites, Katee Sackhoff, Rory Cochrane.
Música: The Newton Brothers.

Valoración:
Lo mejor: El buen papel de Karen Gillan.
Lo peor: Todo lo demás.
El título: En castellano por supuesto tienen que poner una coletilla estúpida y evidente.

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Básicamente me puse a verla por la presencia de Karen Gillan, a la que admiro desde que la conocí en Doctor Who. No esperaba gran cosa, pero desde luego no que fuera tan mala. Insulsa y vacía es la mejor definición: la película no tiene absolutamente nada. Nada da la talla ni poniendo las exigencias al mínimo. Dos cutres de sustos de manual (el único que medio funciona, el de las tres estatuas en el almacén), y el resto es una pésima construcción de atmósferas que no logran causar desazón ni intriga alguna. Y la pena es que la fotografía es buena, pero el director Mike Flanagan no sabe lo que hace.

Resulta que hay un espejo antiguo que mata gente, y la chica lo intuye e intenta descubrir el asunto con un plan. Es la excusa para lo de siempre: una casa encantada, fantasmas, e intento de giro final. La trama carece de profundidad e interés excepto por la idea de desarrollar un tramo final a dos bandas (presente y pasado fusionándose), pero como digo, desgraciadamente el realizador no tiene el nivel suficiente para desarrollarla, y lo que era una narración plana de escasísimo interés se convierte en un galimatías insoportable. Se ve hacia dónde quiere ir en todo momento, pero también cómo tropieza una y otra vez con un sentido narrativo pésimo. Esperaba que al menos con ese intento de hacer algo más distintivo el final fuera mínimamente novedoso o al menos coherente, pero no, se empeñan en repetir uno de los peores lastres del género: el giro que pretende darle la vuelta a todo. Y como en todo lo demás, ya se intuía en cuanto presentan la trama y los personajes.

Karen Gillan acaba siendo lo único digno de mención de tal desatino, pues logra un buen papel en un personaje bastante simple y sin evolución alguna. En cambio el otro único intérprete destacable da más bien lástima: Brenton Thwaites como el hermano no cumple ni de lejos.

La guerra de las galaxias, de George Lucas

Infinitos artítulos, análisis y documentales se han realizado alrededor de la saga más famosa y, sí, por qué no, la más importante de la historia del cine, una serie de películas que marcó un punto de inflexión en el arte y en el negocio del séptimo arte, así que no voy a perder el tiempo indagando sobre el proceso de producción y otros muchos temas relacionados que, aunque fascinantes, ya han sido muy tratados, y voy a ir al grano, a dar mi opinión sobre las viejas y nuevas trilogías, este fenómeno que forma parte de la cultura popular, que tiene un hueco especial en el corazón de millones de seguidores. Aun así, me apetecía hacer una presentación que resuma la trayectoria e impacto de la saga, así que allá va.

George Lucas cambió la forma de hacer y de vender el cine, pero también la forma de vivir el cine. Con el estreno de La guerra de las galaxias en 1977 (luego renombrada a Episodio IV – Una nueva esperanza) cambió la concepción de los efectos especiales, la importancia de la música en las películas y fuera de ellas (John Williams popularizó el género de cara al público que no fuera exclusivamente cinéfilo, e influyó en prácticamente todos los autores posteriores), y con su extraordinaria calidad y éxito dio un empuje notable al cine de aventuras, de fantasía y, al ser «space opera», también al de ciencia-ficción. Modificó aspectos en apariencia nimios como la forma de los créditos: el no tener lista de actores al inicio derivó en un conflicto con la industria. En 1977 el negocio del cine no volvió a ser lo mismo. Se lanzó el merchandising desenfrenado, es decir, la creación de todo un mercado alrededor de las películas. Figuras y jueguetes, juegos de todo tipo (de mesa, de rol, de ordenador…), literatura (tanto novelas como cómics) y cualquier otra cosa que pudiera ofrecer dinero aprovechando el tirón mediático fue desde entonces proclive a ser comercializado. Hoy día este modelo de negocio llega a límites hasta molestos, habiendo producciones que sólo se realizan con el fin de explotar dicho mercado. Y en 1977 también se impuso un cambio notable en los espectadores. A pesar de haber existido numerosos éxitos de taquilla que creaban colas inmensas de espectadores, a partir de La guerra de las galaxias lo que se dice los seguidores, los fanáticos, emergieron como una masa muy influyente. Asociaciones o simples grupos de amigos, convenciones, quedadas, disfraces, coleccionismo… El friki empezó a pegar con fuerza.

Una nueva esperanza (1977), El Imperio contraataca (1980) y El retorno del Jedi (1983) fueron un hito cultural sin precedentes y nunca perdieron su hueco en el corazón de sus innumerables seguidores, ganándose a las nuevas generaciones sin problemas porque el paso del tiempo no afectaba a su imagen y calidad y el universo paralelo seguía creciendo sin parar. Pese a ello, Lucas tardó más de una década en atreverse a ofrecer nuevos capítulos cinematográficos. No fue hasta pasado el ecuador de los noventa cuando se lanzó con las tres entregas que a modo de precuelas narran los orígenes de la saga.

Como era de esperar, el estreno de los episodios I, II y III (La amenaza fantasma en 1999, El ataque de los clones en 2002, La venganza de los Sith en 2005) levantó pasiones, movilizó tanto a la generación que creció viendo la original como a los que se fueron enganchando después, y también atrajo a muchos nuevos fans: medio mundo se volcó de lleno en las películas más esperadas de aquellos años. La expectación y la emoción fueron tales que a casi nadie le importó que La amenaza fantasma fuera bastante floja (eso sí, todo un espectáculo palomitero), y el fuego no llegó a apagarse porque por suerte las siguientes entregas mejoraron bastante y se acercaron algo más al espíritu de la saga. Pero aun así el baremo global de calidad de esta nueva trilogía es inferior al de la original y muchos aficionados acabaron desencantados. Se hizo evidente que Lucas debería haberse dedicado exclusivamente a las labores de ideólogo y productor y haber dejado el guion y la dirección en manos más experimentadas y profesionales, porque el chispazo de inspiración que tuvo en las viejas películas no llegó a estas.

Mientras tanto, también se tanteó el mundo de la televisión con The Clone Wars (La guerras clon, tres temporadas de animación tradicional a partir de 2003 y continuada en digital a partir de 2008 con un puñado más). Lucas también afirmó estar preparando una serie con actores reales, pero por una razón u otra (es probable que pensara que era demasiado complicada en esfuerzo y recursos) la dejó en suspenso. Lo mismo ocurrió con la tercera trilogía, planteada ya en los años ochenta pero que no se vio con fuerzas para realizar, quizá pensando en sería otra empresa de unos diez años.

Alrededor de estos proyectos, George Lucas cometió otro fallo artístico, este inmenso e imperdonable: las ediciones retocadas de la trilogía clásica. Remasterizó a fondo la imagen y sonido de las tres películas y las reestrenó en cines en 1997, como reclamo antes de la llegada de La amenaza fantasma. Pero me temo que fue más allá de una simple restauración a los estándares de calidad del momento, sacándose de la manga una reinvención de su legado: añadió escenas, modificó otras (el infame momento en que Han Solo pasa a no disparar primero), metió estúpidos e innecesarios bichos digitales por todas partes y cambió actores que no era necesario cambiar. ¿Qué pasó por su mente, por qué se empeñó en deformar una obra de arte para añadirle morralla innecesaria? Y lamentablemente, para el dvd (2004) y luego el bluray (2011) siguió añadiendo pequeños cambios que alejaban la saga de su concepción original. Las quejas fueron infinitas, pero el fanatismo es el fanatismo, y pocos se resistieron a comprar unas ediciones que parecía que iban a ser las únicas (por no decir que los extras eran muy llamativos).

Sin embargo, a regañadientes dio un ligero paso atrás y sacó las películas originales en dvd en una Edición Limitada (2006). Pero aunque entonces pudimos ver la trilogía original de la forma más fiel a como fue concebida, sin añadidos molestos, también tenía unas pegas que generaron más polémica: las ofreció sin puesta a punto, sin remasterizar al estándar exigible, sino partiendo del Laserdisc editado en 1993, que tenía mejora de imagen y sonido respecto a los Laserdisc y VHS anteriores pero no al nivel esperable para un dvd de buena calidad. Y desde luego no vio la luz en bluray, más que nada porque para ello sí que se queda lejos de aguantar el tipo. Al menos estas Ediciones Limitadas traen ambas versiones (remasterizada y original) y estaban a muy buen precio, y con ellas cada fan que las pudiera adquirir (yo fui de los que tuvimos la paciencia de esperar una versión más fiel) decidirá qué prefiere ver en cada momento. Pero entre que llegó tras decir que no verían nunca la luz, la falta de remasterización y la escasa publicidad y tirada que tuvo, Lucas no se lució mucho.

Pero La guerra de las galaxias no terminó aquí, porque antes de retirarse Lucas vendió la que probablemente sea la gallina de los huevos de oro más grande de la historia del arte: su compañía Lucasfilms, con todos los derechos de su obra, fue a parar a la todopoderosa Disney por la nada desdeñable cifra de 4.000 millones de dólares (mitad en efectivo, mitad en acciones). Y Disney como es obvio va a explotar la saga todo lo que pueda, primero con nuevas películas y segundo con todo el merchandising subyacente.

La tercera trilogía, o trilogía de secuelas (episodios VII, VIII y IX), va a ver finalmente la luz, pero no será la única, porque entre un capítulo y otro Disney realizará películas paralelas (o spin-offs) que narrarán historias variadas (la juventud de Han Solo por ejemplo es casi segura), con lo que no tendremos que esperar dos o tres años entre un estreno y otro, sino que tendremos uno por temporada. Vamos, harán como con el universo Marvel: inundar un mercado dispuesto a absorber de todo.

Ahora bien, esta nueva etapa también nace con polémica, aunque para mi sorpresa, dado el nivel de exigencia del fandom, no tanta como esperaba. Resulta que para no estar tan constreñidos por el universo creado en libros, cómics, videojuegos y juegos de rol (lo que terminó llamándose Universo Expandido), los productores han dejado de considerarlos historia oficial como hasta ahora (sólo se salva la serie animada The Clone Wars). Es decir, todo el tiempo y dinero que han empleado los fans se ha convertido en humo. Por un lado, se puede entender que las películas sean el único canon válido (yo lo perfiero así, porque si no hay mucha morralla), pero entonces lo lógico es que no se hubieran apoyado las demás líneas como si fueran oficiales. Ahí Lucas estuvo bastante torpe al decir que sí a todo sin pensar en el futuro, y los nuevos productores han cortado por lo sano. Como digo, salvo una pataleta inicial, la gente parece habérselo tomado bien. Al fin y al cabo, esas historias que admires siguen estando ahí como universo paralelo y cada cual puede tenerlas en cuenta o no según le venga en gana.

Para asegurarse el éxito del nuevo rumbo de Lucasfilms los directivos de Disney han contratado como directora de la compañía a la veterana productora Kathleen Kennedy, probablemente la mujer más poderosa y exitosa de Hollywood (por ejemplo fue co-fundadora de Amblin Enterntainment con Steven Spielberg). Y para mantenerse dentro del espíritu de la saga se han cuidado de contar con el otro gran nombre que estuvo implicado con Lucas desde el principio, Lawrence Kasdan, coguionista en la trilogía original (y co-creador de Indiana Jones, por señalar mejor su currículo y relación con Lucas). Como es de esperar en un proyecto tan grande, los guiones pasan por muchas manos y los directores entran y salen según surgen diferencias o el calendario no les va bien, así que dejaré los comentarios sobre el agitado proceso a cada película, para que este artículo no caduque a los dos días.

La primera parte en llegar es el Episodio VII – El despertar de la Fuerza, al que seguirá la primera historia paralela o antología, Rogue One, y así alternando las seis películas hasta que anuncien otras nuevas, porque dudo que se contenten con estas. De nuevo la magia del universo La guerra de las galaxias tiene en vilo a millones de espectadores en todo el mundo, y esta vez más que nunca, porque esa obligada incorporación de guionistas y directores variados genera expectación nueva: ¿superarán los errores de Lucas, nos decepcionarán, nacerán nuevas maravillas que marquen otra época en el séptimo arte?

PD: como veis, he tenido la decencia de no mencionar el especial navideño y los telefilmes de los Ewoks.

Episodio IV – Una nueva esperanza (1977, A New Hope)
Episodio V – El Imperio contraataca (1980, The Empire Strikes Back)
Episodio VI: El retorno del Jedi (1983, The Return of the Jedi)
Episodio I – La amenaza fantasma (1999, The Panthom Menace)
Episodio II – El ataque de los clones (2002, Attack of the Clones)
Episodio III – La venganza de los Sith (2005, Revenge of the Sith)
Episodio VII – El despertar de la Fuerza (2015, The Force Awakens)
Rogue One (2016)
Episodio VIII – Los últimos Jedi (2017, The Last Jedi)
Han Solo (2018, Solo)
Episodio IX – El ascenso de Sywalker (2019, Rise of Skywalker)