Watchmen, 2009, EE.UU.
Género: Acción.
Duración: 162 min.
Director: Zack Snyder.
Escritores: David Hayter y Alex Tse. Dave Gibbons (novela gráfica)
Actores: Malin Ackerman, Billy Cudrup, Patrick Wilson, Matthew Goode, Jackie Early Haley, Jeffrey Dean Morgan, Carla Gugino.
Música: Tyler Bates.
|
Valoración:
Lo mejor: Un buen número de planos muy logrados. Vestuario y demás atrezo.
Lo peor: Potencial desaprovechado. Narración torpe y sin rumbo. Personajes desdibujados y sin interés. Longitud extrema (y en DVD será, incomprensiblemente, aún más larga).
Mejores momentos: Toda aparición del Dr. Manhattan.
* * * * * * * * *
Dicen que la novela gráfica tiene una gran complejidad moral, política, social y cultural, pero, aunque sea verdad, eso en la película no se ve en ningún momento. El mundo representado queda distante, con poca vida, no conocemos apenas sus características. El ambiente supuestamente opresor y apocalíptico resulta insípido, incapaz de perturbar. Unos cuantos planos sobre zeppelines, unas apariciones anecdóticas de un Nixon patéticamente caracterizado (¿es una broma que no alcanzo a comprender?) y noticias repetitivas sobre el conflicto nuclear no son suficientes para mostrar el tono que supuestamente tiene la novela, el tono que al parecer se pretendía obtener. Me vienen a la mente Hijos de los hombres o Equilibrium (por citar dos relativamente recientes, que hay muchos más ejemplos: Blade Runner, Doce Monos…), películas en las que sí vemos mundos ficticios construidos de forma exquisita, tanto que resultan demoledores y acongojantes.
Los personajes no terminan de perfilarse por completo. ¿Cómo es posible que algunos con tanto metraje como el Búho Nocturno o la chica transmitan tan poco y resulten tan poco interesantes? Al parecer el cómic sigue un formato en el que dedica dos números a cada personaje. En el filme se intenta mantener esa estructura, pero se olvidan de adaptar y lo único que hacen es trasladar de forma visual las viñetas. Así, lo que funciona en un formato en el otro resulta un error. No han sabido sintetizar, resumir y exponer como es debido la evolución de los caracteres y las tramas, y los hilos narrativos principales (el asesinato y el cercano holocausto) parecen no avanzar entre torpes y excesivamente largas y aburridas exposiciones de personajes que no terminan de decir nada en concreto y de dirigirse a alguna parte. Así dura lo que dura. Y por si fuera poco, cuando por fin se toma un rumbo concreto y la obra adquiere interés (en los quince minutos finales, tras más de dos horas sin contar nada sustancioso, tangible), todo sucede excesivamente rápido y sabe a poco.
La puesta en escena es bastante buena, pero peca de artificios innecesarios. Zack Snyder ha madurado mucho desde 300 y maneja un buen número de recursos en una producción nada fácil. La escenificación es de gran nivel y el número de planos asombrosos es notable, sin embargo en ocasiones termina saturando, pues se va por las ramas en más ocasiones y más tiempo de lo debido: escenas que podrían haberse resumido se hacen eternas por la parsimonia y el abuso de filigranas con las que se ruedan (empecé a aburrirme en el asesinato del Comediante, que ya muestra todo lo que se infla el metraje de forma innecesaria). Otro fallo notable está en las escenas de acción: todas saben a muy vistas, pues a parte de poco originales en forma (se limitan a ser tíos pegándose puñetazos con coreografías muy manidas) están rodadas imitando demasiado a la saga Matrix. No basta alardear de trucos de cámara, de planos rebuscados, hay que saber encontrar el equilibrio entre forma y contenido, entre aspecto visual y narrativo. Me joroba que hablen de autor visionario y de revolución cinematográfica, cuando todo esto (300 y Watchmen) es más un vacile y un producto mediático (qué cansinas las campañas publicitarias) que arte de verdadera calidad. Visionarios fueron los Wachowsky con Matrix, Scott con Alien, Cameron con Aliens y Terminator I y II, Lang con Metrópolis, Lucas con La guerra de las galaxias… Snyder y su obra sólo son un producto comercial muy sobrevalorado.
Los lectores del cómic (o novela gráfica, nombre inventado para darle un poco más de seriedad, que ya se sabe que incluso en la actualidad hay quien asocia dibujos con temática infantil) parece que están saliendo bastante contentos del cine, pero en los no lectores la cosa cambia. Parece que es muy fiel, sí, pero visualmente. La narración se olvida por el camino (como indicaba, Snyder sólo sabe copiar viñetas, no es capaz de adaptar), y aunque quienes conocen la historia saben qué está ocurriendo, quiénes son esos caracteres de los que no se habla apenas y por qué se pierde el tiempo con subtramas que luego no aportan nada, el que no sabe de qué va la cosa no se entera de nada, porque el guión es insustancial. Como he dicho muchas veces, uno va al cine a ver una película, es absurdo necesitar un complemento externo para entenderla. Watchmen es por tanto una producción para fans, y si acaso también para jóvenes impresionables con unos cuantos fuegos artificiales.