Harry Gregson-Williams – The Kingdom of Heaven
Género: Banda sonora original
Año: 2005
Valoración:
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Una de las mejores bandas sonoras originales del año, una opción que se daba como segura en los Oscar, pero estos, en su eterno nulo acierto artístico, olvidaron la BSO y la película por completo. Aquí fue donde conocí a este compositor, y donde no sólo se puede admirar su enorme potencial, sino que lo muestra en todo su esplendor. Un trabajo incluso superior a la posterior Las Crónicas de Narnia. Es una obra muy rica, llena de matices de la etnia arábica, con gran calidad de sonido, llena de acción pero sin fallar en la emotividad de los temas más introspectivos, con esos coros, esa voz de Lisbeth Scott… Una BSO admirable, grandiosa; otra de las imprescindibles en este pasado año que tan buenísimos trabajos nos ha dejado.
Ridley Scott vuelve al cine histórico tras los buenos resultados cosechados por Gladiator (no entro en el nivel de fidelidad a la historia, aunque a estas películas habría que llamarlas más ficción a secas que históricas). Pese al recibimiento del público y la crítica por la banda sonora de Hans Zimmer y Lisa Gerrard de aquella película, un disco de esos que triunfa de forma impresionante por el éxito del filme y por tener uno o dos temas pegadizos pese a no ser un gran trabajo, Scott no volvió a repetir en esta ocasión con el polifacético Zimmer, ya fuera por decisión propia o problemas de agenda. La orquestación pasó a manos de Harry Gregson-Williams, quien ha demostrado sobradamente ser uno de los autores más frescos y adaptables del momento. El resultado es excepcional, impresionante.
Gregson-Williams recurre a sus elementos habituales, como son el violín y el cello electrónico, la voz de Lisbeth Scott (tengo que conseguir algún trabajo de esta maravillosa cantante), las percusiones constantes, los instrumentos étnicos… y realiza una composición muy rica, llena de variadas sonoridades aun sin salirse de su estilo (que es bastante marcado, algo habitual en los compositores de bandas sonoras). La instrumentación étnica es el nexo que une a todos los cortes, presente incluso cuando la música gira hacia la parte más bélica, hacia la mitad del disco. Los temas musicales más representativos están presentes en los siguientes cortes:
Burning the Past abre la BSO con reminiscencias religiosas, con un coro en latín. El siguiente, Crusaders, presenta ya el tema principal del disco brevemente, con los coros, las percusiones y las características cuerdas electrónicas. The New World expone la parte más intimista de la partitura, derivando el hilo principal hacia melodías más blandas y moderadas; destacar la belleza que Gregson-Williams saca en momentos así, como quedó claro luego en Las Crónicas de Narnia o en otros temas de este disco como Sybilla.
To Jerusalem es la puerta a la parte más étnica, en el que podemos incluir Ibelin y otros cortes tan bonitos y complejos como An Understanding, que comienza con notas alegres pero se va tornando triste y adquiriendo mucha fuerza.
A partir de The Battle of Kerak, aunque ya está insinuado en The King y en Rise a Knight, se produce el cambio hacia la acción. The King, The Battle of Kerak, Terms, Better Man, Wall Breached, The Pilgrim Road son cortes impresionantes, donde las percusiones cobran gran fuerza pero sin llegar a abrumar (como sí hace Horner y hacía Goldmisth en muchas de últimas sus obras) ni a colapsar las melodías y los coros a los que acompañan: ninguno se centra exclusivamente en algún elemento musical concreto, todos conjugan la orquesta con las percusiones (y otros instrumentos puntuales) de corte étnico y los curiosos coros que emplea este autor con bastante soltura.
Destacar entre tanta riqueza musical algún corte en concreto no es fácil. Ninguno es una mera repetición de otro, en ningún momento se difumina el interés en temas que no aportan tanto como otros. Es un trabajo completo de principio a fin. Pese a todo, este autor ha dejado un par de instantes que cabría mencionar como los que más despuntan en el disco, de esos que ponen los pelos de punta, como por ejemplo Wall Breached o The Battle of Kerak, y eso que ambos temas recuerdan en algunos momentos, por los instrumentos elegidos, al peor Horner de Troya y Enemigo a las puertas.
Para terminar, mencionar una incongruencia que, cuando estaba viendo la película en el cine, me hizo mirar para todos lados para ver si estaba alucinando o alguien más estaba tan anonadado como yo. En cierto momento de la proyeccióm Ridley Scott, sin pudor alguno, incluye un tema de una banda sonora original bastante reciente y destacable, El Guerrero nº 13 del fallecido Jerry Goldsmith. Con todo estupor asistí a una secuencia (de las más olvidables del filme, si no recuerdo mal) donde sonaba la música de otra cinta. Es algo muy extraño, y no llego a comprender las razones de este acto excepto pensando que Scott era muy, muy fan de ese autor y quizá desearía que hubiera sido el que trabajase en su película, así que cabría imaginarlo como una especie de homenaje. El corte no forma parte (menos mal) del disco.
1. Burning the Past – 2:48
2. Crusaders – 1:41
3. Swordplay – 2:01
4. A New World – 4:21
5. To Jerusalem – 1:38
6. Sybilla – 1:49
7. Ibelin – 2:05
8. Rise a Knight – 2:43
9. The King – 5:45
10. The Battle of Kerak – 5:36
11. Terms – 4:29
12. Better Man – 3:29
13. Coronation – 3:03
14. An Understanding – 4:13
15. Wall Breached – 3:43
16. The Pilgrim Road – 4:07
17. Saladin – 4:44
18. Path to Heaven – 1:38
19. Ibelin Reprise – 2:10
Total: 62:03