District, 2009, EE.UU., Nueva Zelanda.
Género: Acción, ciencia-ficción.
Duración: 112 min.
Director: Neill Blomkamp.
Escritores: Neill Blomkamp, Terri Tatchell.
Actores: Sharlto C opley, Jason Cope, David James, Mandla Gaduka, Vanessa Haywood.
Música: Clinton Shorter.
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Valoración:
Lo mejor: Dirección, actor principal, efectos especiales.
Lo peor: Desequilibrado conglomerado de ideas, géneros y estilos. Sorprendente e incomprensiblemente sobrevalorada.
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Me resulta incomprensible lo de esta película. Ha sido aclamada por crítica y público como una gran cinta de ciencia-ficción, una joya en un oasis cada vez más seco por culpa de la excesiva tendencia comercial del Hollywood actual, y sin embargo no tiene absolutamente nada que la haga no ya grande, sino simplemente notable. Es una de estas obras que se venden de forma viral por Internet (campañas de publicidad donde apelando a instintos frikis se obtiene una conexión total con el público incluso antes de ser vista; a veces ocurre sin implicación de las productoras, sólo por el contagio del interés del público), que gustan porque son fáciles de ver y son recibidas con el clamor escandaloso que es capaz de montar la masa fanática desde las redes virtuales, y con este apoyo alcanzan unas repercusiones que en la mayoría de los casos ni de coña merecen. Da igual su calidad, son éxitos en taquilla que sorprenden a los medios tradicionales porque siguen viviendo en una realidad donde Internet no existe. Algunos ejemplos de este tipo de películas serían Monstruoso, Paranormal Activity, Star Trek 2009… Casi podría decir que ha nacido una nueva clase de público: el que sigue y adora algo sólo porque está de moda en Internet.
District 9 está realizada con bastante tino. Quizá le sobra algo de cámara en mano, pero el director (Neil Blomkamp, hasta ahora con más experiencia en el campo de los efectos visuales que en el de la dirección) sabe muy bien dónde poner el objetivo, qué forma dar a cada escena y sobre todo cómo lidiar con un presupuesto escaso de forma que se obtenga un producto muy vistoso. Hay que destacar que los efectos especiales (digitales sobre todo) son asombrosamente perfectos, tanto en realismo como en interacción con el entorno. Las criaturas, cuyo diseño es muy original (qué sorpresa es ver extraterrestres que no parezcan solamente humanos maquillados), son creaciones digitales que consiguen un realismo casi total, mientras que las escenas de acción del tramo final, con un robot en plan Mech Warrior y unas peleas que recuerdan muchísimo al Half Life, resultan muy espectaculares (es decir, la inspiración en videojuegos es más que evidente, y aunque argumentalmente es discutible visualmente funciona de maravilla). Es de agradecer también que no se haya escatimado en violencia y vísceras; qué raro es ver hoy día películas para adultos.
El actor principal (Sharlto Copley) tiene sobre sus hombros la mayor parte del metraje y a pesar de ser un completo desconocido y con casi nula experiencia (es su segunda película) cumple con una eficacia pasmosa. Todas las penurias que atormentan al protagonista, que no son pocas, las vemos sufrir en sus carnes gracias a su lograda interpretación. De hecho ha debido impactar bastante, porque se le ha fichado para hacer de Murdock en la adaptación cinematográfica de la obsoleta serie El equipo A.
La cinta goza de un ritmo bastante bueno y aunque generalmente dé la sensación de ir más de forma precipitada que con paso firme es sumamente entretenida y garantiza diversión constante. Sin embargo arrastra un problema notable que impide que cuaje del todo, que cale completamente e incluso que parezca una película de verdad y no un experimento caótico pero aceptable, y es que no termina de quedar claro su género y su tono: ¿es ciencia-ficción, drama, documental, comedia, parodia o crítica? Se inicia en el documental, pasa al drama con tintes extraños de comedia y parodia, por momentos parece una crítica a algunos aspectos de las sociedades humanas (racismo principalmente) y termina por la acción desmesurada. Pero este puzle no está nada equilibrado: el tramo inicial aburre y por el contrario el final asombra pero no encaja con el resto, muchas veces no se sabe si está buscando un chiste o simplemente estamos ante una escena fallida, de drama serio pasa a comedia tonta incluso varias veces en una misma escena… Incluso la sangrienta violencia (la tortura a la que es sometido el protagonista) tiene un estilo demasiado absurdo, perdiendo así credibilidad y seriedad.
Los personajes se mueven también en esa indecisión. El protagonista es demasiado estúpido, y como muchas otras cosas no termina de quedar claro qué se pretende al ponerlo así y le resta bastante credibilidad al conjunto. Joder, si es que hasta su nombre parece un mal chiste. El resto de caracteres se mantiene igualmente entre la seriedad (la pareja alien –padre e hijo- está muy lograda) y la parodia absurda y sin sentido aparente (el militar es tan ridículo que resulta molesto).
Y es importante indicar que la historia tiene un agujero de guión gistantesco: ¿para qué monta tanto jaleo el alien, para qué se tira toda su vida construyendo una nave, si con una simple orden de computadora puede mover la nave nodriza y utilizar su rayo tractor? Es una cagada enorme que hace que todo el conflicto anterior carezca de sentido, dejando la sensación de que todo se ha montado para vacilar y epatar al espectador.
Así pues, no puedo decir que District 9 me parezca un filme tan redondo, revolucionario y loable como venden. Es entretenido y por momentos espectacular, pero le falla notablemente la coherencia narrativa, y su mensaje (lo que nos quieren contar los autores) no queda nada claro. Y a las malas sensaciones que me dejó su desequilibrada forma hay que sumarle que el potencial que tenía era enorme y no se supo aprovechar del todo. Cabe recordar el talento de sus cabezas más visibles (productor –Peter Jackson-, director y actor) y si os parece relevante su impacto, pero nada más.