Elysium, 2013, EE.UU.
Género: Acción, ciencia-ficción.
Duración: 109 min.
Dirección: Neill Blomkamp.
Guion: Neill Blomkamp.
Actores: Matt Damon, Jodie Foster, Sharlto Copley, Alice Braga, Diego Luna, Wagner Moura, William Fichtner.
Música: Ryan Amon. |
Valoración:
Lo mejor: Efectos digitales excelentes. Aventura de ciencia-ficción muy entretenida y con buena crítica social.
Lo peor: A pesar del envoltorio, es un relato harto previsible, lleno de agujeros y con un final decepcionante.
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En el futuro los millonarios tienen medios para alejarse aún más de las clases bajas: se refugian en una maravillosa estación espacial llamada Elysium. Aunque no todo es idílico, porque las ambiciones de algunos por el poder ponen en peligro su estabilidad. En la Tierra la sobrepoblación y la escasez de recursos mantienen a la gente en la miseria, con trabajos de baja calidad o subsistiendo mediante el crimen a pesar de la dura represión policial. El protagonista, Max (Matt Damon), como es esperable se verá empujado a llegar a Elysium por circunstancias de la vida, y quiere la casualidad que en sus manos caiga la posibilidad de cambiar la situación para siempre.
Un personaje puteado al límite, un ritmo excelente, unos efectos especiales impresionantes (espectacular la estación), un diseño artístico con bastante imaginación (aunque solo vemos unas pocas naves y cachivaches), un villano (el mercenario) que acojona y fascina (imprescindible la versión original) y un entorno sencillo pero bien descrito que da pie a una buena crítica forman una aventura de ciencia-ficción visualmente bastante lograda, con contenido que hace pensar y un protagonista de calidad. Sin embargo se puede decir pronto que todo lo que se ve ha sido contado mil veces y Neill Blomkamp lo único que hace es darle un envoltorio más vistoso: no es difícil prever el devenir de la historia y no hay sorpresas, si acaso todo lo contrario, casualidades bastante forzadas, como la forma meter a la chica y su niña en el embrollo.
El problema llega cuando los pequeños detalles negativos, los deslices narrativos o directamente los agujeros de guion que salpican el relato van afeando la propuesta cada vez más, hasta llegar a un final un tanto insatisfactorio. Con el empeño que hay por la seguridad de Elysium no se entiende cómo no tiene defensas contra naves; la escenita de los misiles lanzados desde la Tierra servirá para presentar al mercenario, pero creíble no es. Igualmente, tantos robots y naves de interior que tienen y resulta que el núcleo, el ordenador central, no tiene protección alguna y los protagonistas se pasean por allí como si nada; tampoco se entiende por qué el Presidente, que estaba retenido a cubierto, aparece ahí justo al final, en una cutre forma de decir que ha perdido el poder. Las casualidades imposibles son demasiado descaradas: cada vez que el protagonista se acerca al hospital se encuentra con la chica; y qué conveniente que la niña se desmaye en toda la acción, para no tener un crío molestando. En los momentos finales el mercenario, un rol hasta entonces muy atractivo, se estropea: de repente se convierte en un tirano ambicioso, algo que no pega nada con su personalidad de marginal, y para colmo la persecución del protagonista termina con una pelea a puños muy simplona. No falta el informático loco y pasado de rosca y las paridas habituales con el tema: el tipo ve un código hexadecimal pasar a toda leche por la pantalla y en diez segundos sabe qué es y qué dice exactamente. No escatiman tampoco en aparatitos electrónicos que sin venir a cuento emiten sonido: resulta que el protagonista lleva en algún momento un rastreador que hace pipipipi… ¿y no se da cuenta?, ¿y no es absurdo ponerle luz y sonido a un dispositivo que debe pasar desapercibido?
En la dirección Blomkamp también arrastra ciertas irregularidades. En general su labor es de muy buen nivel, con planos amplios excelentes, gran ritmo en cada secuencia, un uso muy sabio de los efectos especiales (las naves se integran muy bien en la escena)… Sin embargo en ocasiones se le va la pinza e introduce adornos absurdos, borrones confusos, movimientos extraños, ralentizaciones y vaciles contraproducentes. Así, las escenas de acción, bien planificadas y trepidantes por lo general, tienen momentos que deslucen por culpa de estas tonterías.
Entre que resulta bastante previsible, hay inconsistencias notables de vez en cuando y el final acaba con una pelea bastante burda y poco creíble, Elysium parece desaprovechar todo el potencial que muestran en un principio ante tus ojos. Como le ocurrió en District 9, Blomkamp parte de algunas buenas ideas, tanto en el argumento como en lo visual, pero no termina de obtener un relato redondo. Eso sí, Elysium tiene mejor narrativa que District 9, mucho más centrada y fluida. Curiosamente, las críticas siguen dando buena nota a la anterior, mientras que Elysium ha sido bastante machacada. Lo cierto es que aun con sus limitaciones resulta una cinta de ciencia-ficción bastante correcta y muy agradable de ver, todo un logro en el género hoy en día.