El Criticón

Opinión de cine y música

Archivos por Etiqueta: Sebastian Stan

Los Vengadores: Fin del juego (con spoilers)

Avengers: Endgame, 2018, EE.UU.
Género: Superhéroes.
Duración: 181 min.
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guion: Christopher Marku, Stephen McFeely.
Actores: Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Don Cheadle, Paul Rudd, Karen Gillan, Zoe Saldana, Josh Brolin, Gwyneth Paltrow, Chris Pratt, Benedict Cumberbatch, Chadwick Boseman, Brie Larson, Tom Holland, Evangeline Lilly, Tessa Thompson, Rene Russo, Elizabeth Olsen, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Danai Gurira, John Slatery, Tilda Swinton, Bradley Cooper.
Música: Alan Silvestri.

Valoración:
Lo mejor: Es capaz de ofrecer un giro inesperado y dejarte pasmado cada pocas escenas, y aun así hilar un relato muy coherente en sí mismo, en relación con toda la serie, y como homenaje a la misma y a los seguidores. En otras palabras, el guion es sublime. La puesta en escena no se queda atrás, con un trabajo de dirección magnífico y unos efectos especiales perfectos. El reparto lo da todo.
Lo peor: Capitana Marvel no encaja. Ojo de Halcón tiene mucha presencia pero menos recorrido dramático que los demás. Quizá podían haber sacado más de un par de secundarios.
Mejores momentos: (Ojo, spoilers) Tantos… La decapitación, Natasha desolada por el destino de Barton, Thor el fanegas, Nebula y Máquina de Guerra tras su gema, la interferencia que revela a Thanos todo el plan, la gema del alma, el encuentro de Banner y la Anciana, las gemas de Nueva York, la pelea entre los dos Capitanes América, el encuentro de Tony con su padre, el de Thor y su madre, y la batalla final al completo.
El plano: Las tropas de ambos ejércitos cara a cara, con la devastación al fondo.
La frase:
1) ¡Vengadores… reuníos!
2) Yo soy Iron Man.

* * * * * * * * *

Alerta de spoilers: Destripo a fondo: trama, finales, muertes… Puedes leer la versión sin spoilers.–

No sabía qué esperar de Fin del juego. Por mucho que los guionistas lo escribieran bien, basarse únicamente en una batalla colosal contra Thanos, recuperar las gemas y devolver el orden al universo tenía todas las de resultar muy predecible, y cumplir con las expectativas de tantos millones de espectadores en el sentido del espectáculo era muy difícil habiendo puesto el listón tan alto en varias entregas previas. Así que deseaba que discurriera por caminos más originales. ¿Cuáles? Ni idea. No me puse a buscar pistas en los cómics y las películas para analizar distintas posibilidades, quería ir con la mente en blanco para que me sorprendieran. Finalmente los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely han optado por algo que en el fondo incluye una clásica confrontación a lo grande entre buenos y malos… pero tomar eso como definición no le hace justicia a la película de ninguna manera, porque ni con las expectativas tan altas me esperaba una obra tan valiente, desconcertante y compleja.

El relato tiene varias partes muy diferenciadas, hay muchos frentes abiertos de distinto estilo y cada personaje tiene su propia historia, y aun así todo fluye de maravilla. Lo mejor es que cada quince o veinte minutos te clavan un giro que descoloca todo o como poco añade nuevas y asombrosas dificultades, de forma que toda línea narrativa presentada es puesta a prueba, por no decir destrozada, justo cuando pensabas que iba a encaminarse hacia algo más lineal. El talento, la inteligencia y el arrojo de los guionistas y directores no decae ni un instante, ofreciendo tres horas de colosal espectáculo y un torrente de emociones difícil de catalogar y describir. Llega a ser abrumadora y deprimente por momentos, de hecho, no considero que sea apta para menores de 13 años.

Cuando crees que el enfrentamiento contra Thanos llega demasiado pronto, que la proyección va a empezar soltando tortas sin ofrecer nada más, toma ejecución repentina y vuelta a casa sin solución a la vista. El cartel de «cinco años después» es demoledor. ¿Que esperas que tras el fracaso los héroes le echen huevos y se levanten rápido? Pues los autores se paran sin miedo en un largo segmento de lamentos y personajes rotos. Cuando llega una débil esperanza de hallar una solución o una forma de luchar, no meten prisas y van al lío sin más, sino que hay un nuevo proceso de adaptación personal y técnico: ¿nos arriesgamos a sacrificar lo poco que nos queda?, ¿qué dificultades entraña esta idea?

Lo cierto es que una vez expuesto el plan vino mi único momento de flaqueza, de dudas ante lo que podía ofrecerme la cinta. Estaba completamente hechizado desde la decapitación de Thanos, pero ponerme de repente una historia de viajes en el tiempo me provocó un buen bajón, me sabía a trampa, a recurso barato para deshacer todo sin más. Sin embargo, los autores se lo trabajan de forma que convence en pocos minutos, y cuando los Vengadores se lanzan al pasado para buscar las gemas me volvieron a ganar por completo sin dejar ni rastro de dudas, pues el panorama que se presenta es fascinante.

Los giros imprevisibles no dejan de aumentar la complejidad, abriendo más y más frentes y posibilidades ante los ojos. Incluso en estas condiciones hay momentos que superan cualquier expectativa aunque ya las habían puesto patas arriba varias veces. El desastre con Hulk, la escalera, el teseracto y Loki es alucinante, te ríes mientras se viene todo debajo de la forma más inesperada. Y cuando Thanos se entera de todo por la interferencia entre las dos Nebula se me cayó el alma al suelo: ¡ahora sí que se ha liado! Y aun así tienen tiempo de jugar con el homenaje a la saga con maestría, enlazando con sus inicios con ingenio (la escena del ascensor: «Hail, Hydra») y buen sentido del humor («El culo de América»). De esta forma, nunca parece que el viaje en el tiempo sea una excusa para deshacer una trama que han complicado mucho, sino precisamente una forma de darle nuevas vueltas de tuerca y sacar el máximo partido a la serie y los personajes.

Cada gema tiene su estilo (la de Loki es comedia, la de los años setenta drama familiar, la de Thor superación personal, la del alma tragedia…), sus propios obstáculos iniciales y sus complicaciones posteriores, y cada una supone seguir avanzando con los personajes, sus relaciones, sus dilemas internos y sus sentimientos, sus sacrificios… Así hasta una batalla final apoteósica, donde aun con esta historia desbocada llena de imprevistos y épica sobrecogedora los protagonistas son lo más importante y lo que mejor funciona. Porque el arco dramático de estos es mucho más complejo a lo largo de la serie de lo que mucha gente piensa, y en este título más aún. Sólo encontramos unos pocos deslices, nada graves además, y tenemos al menos una elección muy arriesgada (la situación de Thor), que entendería que molestase a los fans, pero parece que no lo ha hecho mucho, quizá por lo bien expuesto que está el cambio gradual en cada uno de ellos.

En La guerra del infinito se hablaba de no ceder ni sacrificar nada por los delirios de un tirano. Steve Rogers, el Capitán América, era la brújula moral en esa decisión, acorde a su trayectoria de poner siempre la ética y al ser humano por encima de decisiones políticas. Pero ahora está derrotado por completo. Da charlas sobre que hay que sobreponerse y seguir adelante en el mundo que nos ha tocado, pero como admite ante Natasha, no se lo cree ni él. Sin embargo, en cuanto ve una chispa de esperanza se tira de cabeza, decidiendo ahora que hay que darlo todo por el todo. Ya no hay margen para el buenismo, el futuro pende de una cuerda muy floja. Cuando Nat no vuelve de su misión, obviamente sufre, pero sabía que iba a pasar y su expresión es más de resignación. El final, cuando se queda en el pasado, yo no lo veo sólo como una historia romántica y un retiro merecido, sino como la aceptación de que ya no es el Capitán América. Ha sacrificado demasiados principios como para seguir siéndolo. Por otro lado, yo no conozco los cómics a fondo y me pilló desprevenido el que coja el martillo de Thor, pero es un tema que se presentó muy bien en La era de Últrón. La interpretación de Chris Evans es magnífica; no dábamos un duro en los inicios de su carrera y ha crecido muy bien como actor.

Tony Stark es otro derrotado hasta la médula, pero en esa derrota culpa también a sus compañeros héroes, en especial a Steve, pues se negaron a sus planes de proteger la tierra con Ultrón. Para ellos, había que sacrificar demasiadas libertades por amenazas demasiado lejanas. Inesperadamente, del fracaso ha renacido con otra perspectiva: la desaparición de Peter Parker y la formación de una familia le hacen ver lo que puede perder, y cuando vienen a por su ayuda no está dispuesto a hacer ningún sacrificio por ningún bien mayor. Pero eso es un bache temporal. Tony Stark es Iron Man. Todas sus películas han tratado principalmente la dualidad héroe-persona. Incluso la denostada tercera entrega lo tenía en todo momento en el foco: perdía la fe, y tenía que luchar contra sus demonios internos para levantar cabeza; de ahí que el Mandarín fuera alterado y convertido en un villano secundario. Así que Iron Man no tarda en renacer, con dudas al principio pero ganando fuerza, tanta que acaba haciendo el sacrificio supremo mientras afirma, ya sin ningún atisbo da dudas «Yo soy Iron Man». Y Pepper no queda como un pegote (en Iron Man 3 sí lo fue). Quien otrora lamentaba que su amado antepusiera el trabajo y el deber al amor y la familia, ahora lo acepta rápido y alienta su decisión: hay demasiado en juego.

Robert Downey siempre había mostrado un gran carisma, pero en Guerra civil, La guerra del infinito y la presente ha dejado claro que también se deja la piel, que no está en esto sólo por el dinero (75 millones dólares sacó de la anterior, en la presente seguro que más de 100…). Transmite con gran verosimilitud las diversas fases por las que pasa su rol: la derrota se nota en cada gesto, el renacimiento inicialmente refleja más temores que confianza, el encuentro con su padre muestra al hombre tras la máscara, y en la batalla final se ve la determinación inquebrantable del superhéroe.

Natasha Romanoff, la agente rusa a la que le habían quitado todo en su formación, encontró en los Vengadores una familia, razones por las que vivir, y no está dispuesta a rendirse. Pero tiene tanto que agradecerles y teme tanto al vacío de vivir sin esa familia que está dispuesta a darlo todo porque vuelva la normalidad, incluso su vida. Por ello habría venido muy bien tener su película en solitario antes de esta entrega, habría ensalzado aún más su arco final. El papelón de Scarlett Johansson es de impresión, sobre todo cuando escucha los informes de las andanzas de Barton, una escena que, si esto no fuera cine de superhéroes, cine de «segunda», le habría valido mil premios.

Thor es el que podría haber generado polémica, con su barriga de fracasado y holgazán, pero salvo alguna queja suelta no he visto mucho revuelo. Y lo entendería, dado que le dan un giro en apariencia cómico importante. Pero el dios del trueno tuvo su historia de aceptación del deber durante sus películas, ya había tocado techo. Si querían mantenerlo en el juego había que abordar una nueva etapa en su vida, y han optado por ahondar en su lado humano. También derrotado, decide tomar una especie de exilio, representado muy bien por la inmadurez y la falta de coraje por hacer algo con su vida. Y cuando reencuentra el valor y la determinación, es otra persona, no vuelve a ser el infalible Thor. Así que opta por un retiro. Ya no tiene nada que demostrar. Como siempre, Chris Hemsworth logra una vena tragicómica encantadora, y es evidente que seguiremos disfrutando de sus andanzas en Guardianes de la Galaxia, Vol. 3.

Los únicos puntos débiles destacables son Capitana Marvel y Ojo de Halcón, y en menor medida también se pueden poner un par de pegas con algunos secundarios.

Clint Barton, alias Ojo de Halcón, ha perdido todo y entra en una espiral de autodestrucción y violencia. Siendo tan prominente su presencia en este título deberían haber trabajado mejor su vuelta al ruedo. Es probable que no te des cuenta de primeras porque el alucinante vacile del plano secuencia copa mucho la atención, pero básicamente Nat lo encuentra matando yakuzas, le dice que vuelva con ellos, y pum, allá va. Requería algo más gradual, alguien roto del todo no cambia sin más. Tampoco cuadra del todo su decisión de sacrificarse por Nat para obtener la gema del alma: ¿y su familia, no estaba haciendo esto para volver con ellos? Funciona porque tiene buenas escenas en general y el actor Jeremy Renner está estupendo, pero queda un poco por debajo del resto.

Parece que, como en La guerra del infinito, los autores se asustan con los superhéroes más poderosos y los reservan para momentos puntuales con justificaciones nada trabajadas. Esperaba ver a Capitana Marvel interactuando con los demás protagonistas, pero la tratan como personaje terciario, desaprovechándola por completo. Excusas para apartarla al llegar la batalla había muchas: podían dejarla varada en el tiempo o con otra misión. El problema parte de su película: no deberían haber exagerado tanto con sus poderes. ¿Qué reto a su altura puede haber si de dos golpes destruye la nave de Thanos, la más poderosa de la galaxia? Da la sensación de que con un poco de esfuerzo se cargaría al titán, pero no llegamos a verlo porque su enfrentamiento contra él dura muy poco.

Que Scott Lang (Ant-Man), el otro que no apareció en La guerra del infinito, quede algo relegado no me molesta, porque es obvio que se han centrado en el grupo inicial de los Vengadores, y como secundario funciona de maravilla. Bruce Banner y Hulk arreglan sus diferencias fuera de pantalla, lo cual, sin ser un gran problema, corta un poco el rollo tras varios capítulos tratando el problema. Deberían haberlo resuelto en el principio, a la vez que el resto de personajes intenta levantar cabeza, pues no creo que fueran necesario muchos minutos, de hecho, los gastan con el tonto chiste de los niños pidiendo una foto. También se podría decir que Bucky Barnes, el Soldado de Invierno, podría hacer algo más en estas dos entregas que disparar metralletas de balas infinitas. Por otro lado, sacan gran partido de Nebula (por partida doble) y su simpática relación con Máquina de Guerra, de Gamora en su despertar, e incluso de Quill en sus breves apariciones. Sólo quizá Rocket, que tiene más minutos, podría haber dado más de sí, pero como siempre, su peculiar cinismo está presente.

Lo de los viajes en el tiempo da para discutir sobre posibles agujeros de guion y fallos en las reglas que han puesto. Si se supone que al viajar al pasado y alterar algo creas una nueva realidad en vez de que el presente cambie por arte de magia como suele verse en la mayor parte de las películas, que el Capitán América aparezca sentado en un banco al final no sería posible, porque esa vida alternativa que ha tenido es una nueva realidad. ¿Lo perdonamos por lo bonito que es? Por otro lado, temía que resucitaran a Gamora al deshacer el genocidio de Thanos aunque ella muriera antes, pero se lo han trabajado bastante mejor. Eso sí, supone un retroceso en la historia con Quill: hacen un reset en la relación en tensión. La vuelta al juego de Loki en cambio es absolutamente genial.

No tengo nada en contra de la rata que casualmente pulsa botones y trae a Scott Lang de vuelta. No costaba nada poner a los Vengadores descubriendo que desapareció haciendo un experimento y encontrándolo y trayéndolo de vuelta, pero los autores prefirieron jugar con las ironías del destino, con un deus ex machina loco. Sí me mosquea bastante el plano feminazi metido con calzador en media batalla final. Si es evidente que tenemos a mujeres luchando en igualdad de condiciones, ¿qué necesidad había de recalcar la idea tan burdamente? El mensaje que en vez de sutil y bien hilado con la historia y los personajes se convierte en un anuncio, en un panfleto, tiene todas las de molestar, como evidentemente ha ocurrido.

La puesta en escena es impecable de arriba abajo en todos sus elementos. Los hermanos Russo y el equipo técnico han estado a la altura en un trabajo de enorme dificultad, desde la complicadísima logística y retos técnicos de una superproducción de este tamaño, al equilibrio narrativo y el tratamiento de los personajes en un relato tan complejo, profundo y detallista. Mención especial para Alan Silvestri, que ha conseguido mantener un estilo musical de calidad entre títulos y los únicos motivos reconocibles de toda la serie a pesar del poco interés que han puesto los productores en la música.

Los Vengadores: Fin del juego supone un hito cinematográfico difícilmente repetible. Es indudable que nace con la ventaja de ser parte de una serie, por lo que empieza con personajes y universo ya descritos y puede centrarse en ir al grano, pero eso también tiene sus dificultades: el listón, tras más veinte capítulos, estaba altísimo. Pero han sido capaces de superar toda expectativa con una película extraordinaria, una obra maestra que casi hace pensar que no es sólo el fin de una serie, sino el fin de una era. ¿Cómo vamos a mirar a todo lo que venga en adelante en los géneros de superhéroes y acción sin que sepa a un postre prescindible?

* * * * * * * * *

Saga Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
-> Los Vengadores: Fin del juego (2019) (ver versión sin spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda Negra (2021)
Los Eternos (2021)
Spider-Man: Sin camino a casa (2021)

Los Vengadores: Fin del juego (sin spoilers)

Avengers: Endgame, 2019, EE.UU.
Género: Superhéroes.
Duración: 181 min.
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guion: Christopher Marku, Stephen McFeely.
Actores: Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Don Cheadle, Paul Rudd, Karen Gillan, Zoe Saldana, Josh Brolin, Gwyneth Paltrow, Chris Pratt, Benedict Cumberbatch, Chadwick Boseman, Brie Larson, Tom Holland, Evangeline Lilly, Tessa Thompson, Rene Russo, Elizabeth Olsen, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Danai Gurira, John Slatery, Tilda Swinton, Bradley Cooper.
Música: Alan Silvestri.

Valoración:
Lo mejor: Es capaz de ofrecer un giro inesperado y dejarte pasmado cada pocas escenas, y aun así hilar un relato muy coherente en sí mismo, en relación con toda la serie, y como homenaje a la misma y a los seguidores. En otras palabras, el guion es sublime. La puesta en escena no se queda atrás, con un trabajo de dirección magnífico y unos efectos especiales perfectos. El reparto lo da todo.
Lo peor: Capitana Marvel no encaja. Ojo de Halcón tiene mucha presencia pero menos recorrido dramático que los demás. Quizá podían haber sacado más de un par de secundarios.
La frase:
1) ¡Vengadores… reuníos!
2) Yo soy Iron Man.

* * * * * * * * *

Alerta de spoilers: Esta versión de la crítica no contiene datos reveladores. Puedes leer la versión con spoilers.–

Creo que todo el mundo se hacía a la idea de que abordarían este esperadísimo capítulo con la premisa en apariencia más fácil: ofrecer algo más grande y espectacular. ¿Es posible satisfacer unas expectativas tan infladas? Pues a estas alturas difícilmente, visto el nivel de las entregas previas. Pero los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, que se han estado llevando menos alabanzas de las merecidas durante la serie, con gran inteligencia y valentía han optado por una historia mucho más original y compleja que cualquier cosa que pudiéramos imaginar. Tenemos varias películas en una, en plan temporada final en vez de episodio final. Se mezclan muchas ideas, hay tramos de distinto estilo e incluso que saltan entre géneros. La trama se desarrolla por caminos diversos, muy originales y exprimidos al máximo. Los personajes tienen un recorrido muy elaborado. Y en lo emocional es una montaña rusa para el espectador, tan conmovedora en el drama como asombrosa en el espectáculo. Las casi tres horas que dura se hacen muy cortas.

De entre todos sus logros, lo más destacable es que el número de giros y sorpresas inesperadas es abrumador, de forma que cada parte, una vez presentada, evita lo más fácil, desconcierta tirando por desvíos imprevistos una y otra vez, con lo que estás siempre absorto y alerta. Hay que señalar que conseguir esto en géneros tan gastados (superhéroes, acción), en la parte final de una saga con más de veinte títulos a cuestas, es insólito y digno de aplausos en cantidad.

Hay tiempo para que los personajes y el mundo se lamenten tras el genocidio de Thanos y algunos traten de recomponerse, y todo sin que el proceso parezca un trámite con el que cumplir mientras se da paso a la búsqueda de la clave para enfrentar al villano, sino transmitiendo toda la desesperación de la situación. El análisis de las opciones para levantar cabeza tampoco transcurre de forma lineal, porque hay varios baches y cambios de rumbo enriquecedores. Cuando se pone en acción el plan fue el único momento en que dudé, y además seriamente, porque la línea abierta no me convencía nada. Pero hacen falta pocos minutos para recordar que hay talento y valentía de sobras. Las emotivas historias personales, los giros ingeniosos y el humor y el drama tan bien mezclados llevan el listón más allá de lo esperado una y otra vez, dejándote sin aliento en gran parte del metraje.

Todos los personajes, y son muchos, tienen su arco muy bien desarrollado, sus momentos de bajeza, de redención y sacrificio, sus reencuentros, sus homenajes y despedidas, todo encajando a la perfección en la trama global y el ritmo del relato, sin que parezca precipitado, forzado, o ajeno a su trayectoria previa. Tenemos a Juego de tronos (David Benioff, D. B. Weiss, 2011) como ejemplo contrario, otra gran y admirada serie que ha encarado su etapa final, pero esta lo ha hecho sacrificando la coherencia para intentar contentar con lo fácil, sea porque sus autores pensaron que era más vendible o porque se agotaron intelectualmente.

El colofón de la batalla final da la talla incluso después del memorable espectáculo que supuso La guerra del infinito, porque, como en aquella, no son sólo tortas y efectos especiales grandilocuentes, hay una férrea conexión con los protagonistas de la que los autores sacan el máximo partido: entre golpe y golpe hay tiempo para terminar de apuntalar cada evolución personal y relación. Pero también se mantiene el fatalismo hasta el último instante. ¿Cómo podrán salir de esta, cuán amarga será la victoria?

Fallos hay muy pocos. Solo destacaría que vuelven a tener miedo de los héroes más poderosos (Capitana Marvel está ausente gran parte del tiempo con excusas peregrinas, o incluso sin ellas), y que para haber recuperado el protagonismo que no tuvo en la primera parte, Clint Barton (Ojo de Halcón) podría estar mejor aprovechado. También hay que señalar que las reclamaciones políticas de Disney empiezan a tocar las pelotas a muchos espectadores: con todos los temas morales que tan bien trata la cinta, ¿de verdad era necesario hacer una pausa para colar un anuncio feminista?

Huelga decir a estas alturas que en lo visual cumplen de sobras. Efectos especiales y sonoros magníficos y perfectamente integrados, música notable (Alan Silvestri también se ha llevado menos halagos de los merecidos), montaje y fotografía estupendos y, sobre todo, un reparto entusiasta y comprometido hasta la médula, parecen poner las cosas fáciles a los directores, los hermanos Russo… Pero no nos engañemos, levantar una producción tan grande, y más con un guion tan complicado y detallista, de forma que resulte tan equilibrada en sus muchas facetas, es digno de hacerles una estatua.

Eso sí, es tan grande y densa que resulta agotadora, pero en el buen sentido de la palabra: es una obra maestra que te deja tocado durante días. Por ello puede resultar menos apetecible para revisionados en plan «vamos a echar el rato con algo épico» como sí lo son otras de la serie. Es más de degustar tranquilamente, de dejarte embargar por sus muchas propuestas narrativas y emocionales ejecutadas con maestría. Por extensión, no me parece apta para menores de 13 años, es demasiado compleja y oscura.

Fin del juego es el fin de una era, la cima del cine de superhéroes. Han dejado el listón tan alto (y recaudado tanto) que casi hace pensar que este género ha terminado aquí y todo lo que venga después es superfluo, intrascendente.

* * * * * * * * *

Saga Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
Los Vengadores: Fin del juego (2019) (ver versión con spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda Negra (2021)
Los Eternos (2021)
Spider-Man: Sin camino a casa (2021)

Los Vengadores: La guerra del infinito


Avengers: Infinity War, 2018, EE.UU.
Género: Acción, superhéroes.
Duración: 149 min.
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely.
Actores: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Chris Evans Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Benedict Cumberbatch, Chris Pratt, Josh Brolin, Tom Holland, Don Cheadle, Chadwick Boseman, Zoe Saldana, Karen Gillan, Tom Hiddleston, Paul Bettany, Elizabeth Olsen, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Idris Elba, Danai Gurira, Benedict Wong, Dave Bautista, Pom Klementieff, Gwyneth Paltrow, Bradley Cooper.
Música: Alan Silvestri.

Valoración:
Lo mejor: Equilibrio impecable entre acción y personajes, con dosis de humor geniales y momentos dramáticos memorables.
Lo peor: Cierta cobardía con los héroes más poderosos, un final de serial sensacionalista barato.
Mejores momentos: El encuentro con los Guardianes de la galaxia. La lucha en Titán.
El título: Otro que las distribuidoras dejan a medias: Vengadores: Infinity War. ¿Alguien me explica qué sentido tiene dejar unas palabras en cutre castellano (sin el determinante «Los») y otras en inglés, más cuando se ve de antemano que la traducción es lo que usa la gente?
La frase: La Tierra está cerrada hoy -Tony Stark.

* * * * * * * * *

Alerta de spoilers: Hasta próximo aviso sólo describo el argumento.–

Qué película más difícil y qué bien han salido parados sus muchos implicados. Tantos guionistas, directores y por extensión visiones e ideas como ha tenido la serie, y salvo aquella innombrable El increíble Hulk (2008), que ya nadie cuenta como parte de ella, no ha habido grandes meteduras de pata, ha mantenido un nivel de calidad y coherencia bastante estable, algo nunca visto hasta ahora en sagas cinematográficas. Sin duda, el principal factor que explica el éxito es el férreo liderazgo del proyecto que ha mantenido Kevin Feige, bajo cuya batuta no se han dado los habituales giros que han hundido muchas otras series: egos varios (productores y realizadores) metiendo mano cada cual por su lado, falta de planificación y compromiso, y las consecuentes improvisaciones de última hora. Ahí tenemos como triste modelo la otra gran línea de superhéroes actual, La liga de la justicia, que se ha estrellado a lo grande una y otra vez en cada capítulo, o muchas otras sagas que se empeñan en extender de mala manera, como Alien o Terminator.

Desde el prólogo, los guionisas Christopher Markus y Stephen McFeely y los directores Anthony Russo y Joe Russo dejan claro que no van a escatimar en la cantidad de acción y épica que esperábamos en esta unión de todos los personajes, pero también sus intenciones de no ablandarse y darnos la película dura y trágica que hay latente. La proyección resulta más que espectacular y entretenida abrumadora, e incluso se atreven a jugar con la frustración del espectador: tanta humillación, sufrimiento y derrota deja bastante mal cuerpo.

Cada personaje está en su línea, terminando de desarrollar su trayectoria sin giros forzados para justificar una exposición más fácil de los acontecimientos. Vemos a cada uno de ellos en todas sus decisiones y acciones, en cada frase y diálogo, en sus conflictos internos y en cómo van asimilando esta complicadísima odisea. Todos son vapuleados de lo lindo, poniendo a prueba como nunca antes sus capacidades, no sólo las físicas, sino también mentales. Sin duda hay «fan service» (escenas que dan a los seguidores lo que esperaban), pero ninguno parece postizo, los exprimen muy bien. Por ejemplo, el ansiado encuentro entre Stark y Strange es fantástico, y el de los Guardianes de la galaxia con cualquiera (Thor, Stark) también.

Thanos es un villano bastante bien trabajado dentro de la dificultad inherente al género, por eso de ser una descripción genérica del Mal. Describen a un clásico pero efectivo tirano iluminado que pretende un universo mejor a base de provocar un cambio a gran escala mediante caos (evolución forzosa) y exterminio (purificación). Con una breve pero correcta aproximación a su interior (pasado, sentimientos) conocemos algo de su personalidad y motivaciones, sus obsesiones y contradicciones, con lo que su determinación tiene lógica humana suficiente para resultar un personaje verosímil… mucho más verosímil que en el cómic, donde está enamorado de la muerte y quiere destruir medio universo para llamar su atención (¡!). Se redondea con el carisma que desprende a pesar de ser una creación digital y el gran reto que supone para los héroes. Además, va acompañado de algunos secundarios tan llamativos que dan ganas de haber visto alguna entrega dedicada a ellos, tanto para explorar otras opciones (al ser bichos raros y malvados podían haberse atrevido con películas más arriesgadas) como para conocer mejor sus personalidades y poderes, con lo que aquí darían incluso más juego.

La acción, eje principal de la narrativa, es capaz de mantener un gran nivel no sólo por el excelente trabajo de los hermanos Russo y el equipo técnico (banda sonora vibrante, efectos especiales magníficos), sino sobre todo gracias a la conexión con los excelentes protagonistas. Es muy difícil sorprender a estas alturas, tras tantas obras del género los escenarios posibles ya están prácticamente agotados. Así, tenemos más naves sobre capitales (Nueva York, Wakanda) soltando bichos y destrucción, pero no importa mucho, porque las circunstancias son diferentes y los personajes también, pero, sobre todo, estos son solo momentos puntuales, el resto del relato es bastante impredecible, no sabes dónde va a acabar cada héroe y cómo se va desarrollar la lucha contra Thanos, y eso, hoy en día, es muy valioso. Cuando llegamos a los momentos cumbre acabamos desbordados de emociones, agarrados a la butaca sin poder ni pestañear. Destaca la sobrecogedora lucha en Titán, que te mantiene en vilo por el destino de los implicados, su lucha en apariencia fútil.

Cabe señalar que la aventura lleva a su máxima expresión uno de los dilemas clásicos de los superhéroes: el sacrificio. ¿Cuánto está cada uno dispuesto a sacrificar por la supervivencia de la mayoría? Y todos se equivocan en su elección, porque como se demuestra con Thanos, esta trampa ética es más absurda cuanto más grande es la escala.

A las mil maravillas funcionan también los recesos humorísticos que, como en Guardianes de la galaxia Vol. 1 y Vol. 2 y Thor: Ragnarok, juegan con gran habilidad con los reveses de los protagonistas y las situaciones incómodas. El citado encuentro de los Guardianes con Thor es tronchante, y detrás de cada chiste hay desarrollo de personajes. También hay numerosas salidas absurdas pero geniales que realzan pasajes más solemnes con un subidón, como la petición de Gamora a Quill terminada con la parida del simple de Drax.

Pero aunque sea una cinta memorable y deslumbrante no se libra de tener algunas carencias en apariencia fácilmente evitables que pueden empañar el visionado en ocasiones. Alguna se puede perdonar, como que con tanto personaje algunos queden un poco descolgados. Pero aun así no puedes dejar de preguntarte si el Capitán América no debería haber tenido más presencia, dado que es uno de los protagonistas principales, o si Ojo de Halcón no aparece porque no se han esforzado o si ha habido alguna pelea con el actor, pues aunque sea un secundario no tiene mucho sentido dejar fuera a uno de los fundadores de Los Vengadores. Tampoco se entiende que no muestren el destino los compañeros de Thor: Ragnarok, ya que la presente comienza justo donde acaba aquella: no hay rastro de la amazona, ni del trol raro (Korg), ¿están vivos o muertos? Y por extensión, ¿sobrevive alguien en la nave? Porque de no ser así el pueblo de Asgard está prácticamente extinto.

El problema se agrava con la arbitraria forma de dejar de lado o guardar para luego a algunos de los superhéroes con más poderes, lo que denota cobardía o un intento de tener un giro posterior un tanto burdo. Me creo que haya una riña entre Banner y Hulk, pero es normal que muchos espectadores se quejen de que lo están reservando para la segunda parte. Donde no hay mucho margen para perdonarlo es con Visión, con quien tras tanto esperar verlo en acción desatado va y lo apartan de mala manera, como si no se atrevieran a meterlo en batalla; con Bruja Escarlata es aún peor, porque llevamos varios capítulos sin terminar de conocer a fondo su personalidad y poderes, y aquí tampoco los exploran, sino que la guardan como recurso de última hora. Y vista su fuerza, pues cabe plantearse por qué no está en primera línea marcando una diferencia en vez de esperar a estar ante una derrota inminente.

También tengo quejas con el reto de Thor con la creación del arma. Acepto que quisieran reincidir en su sacrificio y renacimiento (a pesar de que había quedado claro en Ragnarok), pero el escenario es muy mejorable, bastante tontorrón e improvisado de mala manera; hacía falto algo más serio y mejor trabajado. Por suerte, como indicaba, los personajes son tan buenos que pueden sostener cualquier historia sin muchos problemas. Lo que menos me ha convencido es el final de serial sensacionalista barato, el típico giro exagerado acompañado de música melodramática que deja todo patas arriba de forma que parece imposible arreglarlo, pero que huele a la legua que será revertido a los pocos minutos de entrar en el siguiente capítulo.

Queda un año por ver si los Russo son capaces de mantener un listón que han puesto muy alto y resolver incógnitas. Esta primera parte es todo un hito cinematográfico, tanto por suponer el colofón a una serie tan popular como por su extraordinaria calidad, pero si lo rematan bien puede dejar huella durante décadas.

Alerta de spoilers: A partir de aquí comento el final a fondo y especulo sobre el siguiente episodio.–

Está claro que el golpe maestro de Thanos es temporal, que resucitarán a todos los que han desaparecido con esa mitad del universo exterminada. Algunos tienen nuevas entregas anunciadas, y aunque no las tuvieran no hay quien se lo crea, ni que vamos a dejar el universo y la Tierra diezmados. Es más, me atrevo a decir que irán más lejos y resucitarán incluso a los que han muerto antes del final, como Gamora o Heimdall (y de paso, si siembran la duda sobre si Loki está muerto, es que no). Aquí se echa mucho de menos a Joss Whedon. Este no se andaba con giros trampa, las muertes de personajes en sus manos eran creíbles y crueles como en la vida misma. Así pues, ya pueden hacer medianamente creíble la reversión de los acontecimientos, porque de no hacerlo puede lastrar a este capítulo también. Por cierto, volviendo a Heimdall, ¿por qué en el prólogo salva solo a Hulk?, ¿no podía lanzar por el bifrost también a Loki, Thor y todo el que andara cerca, o lanzar al espacio a los malos?

* * * * * * * * *

Saga Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
-> Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
Los Vengadores: Fin del juego (2019) (versión sin spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda Negra (2021)
Los Eternos (2021)
Spider-Man: Sin camino a casa (2021)

El marciano


The Martian, 2015, EE.UU.
Género: Aventuras, ciencia-ficción.
Duración: 144 min.
Dirección: Ridley Scott.
Guion: Drew Goddard, Andy Weir (novela).
Actores: Matt Damon, Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Michael Peña, Sean Bean, Kate Mara, Sebastian Stan, Aksel Hennie, Benedict Wong, Mackenzie Davis, Donald Glover.
Música: Harry Gregson-Williams.

Valoración:
Lo mejor: Buena descripción de personajes. Aventura espacial bastante entretenida. Reparto de grandes nombres.
Lo peor: Le falta garra en todos sus elementos: drama, comedia, aventura de supervivencia. Apenas deja huella. El mediocre doblaje.
El título: De Marte: Operación rescate, a Marte (The Martian). Porque sí, traducirlo como El marciano era realmente complicado. ¿Cómo empleados tan ineptos toman decisiones tan relevantes? Pues obviamente te paseas por internet y todo el mundo la conoce con su título real.
La sorpresa: ¡Sean Bean no muere!
El dato: Drew Goddard iba a dirigir, pero prefirió decantarse por una obra que le atraía más, Los seis siniestros, un grupo de villanos Marvel (aunque al final se quedó en el limbo). Y Ridley Scott se entusiasmó por el proyecto, retrasando Prometheus 2 (cuyo nombre cambia cada pocos meses).
El libro: Andy Weir publicó la novela en su blog, pero viendo su calidad la gente le decía que la publicara en Amazon. Y el éxito fue enorme.

* * * * * * * * *

El libro en que se basa (Andy Weir, 2011) no es revolucionario, pero como entretenimiento tiene bastante pegada. La odisea de Mark Watney por sobrevivir en solitario en Marte enlaza un sinfín de escenarios catastróficos que va sorteando con una personalidad arrolladora. Los saltos a la Hermes (la nave de los compañeros que lo dejaron atrás en la evacuación, dándolo por muerto) y a la Tierra enriquecen el relato con algo más de drama y realzando el alcance de la situación, porque los líos en la NASA son épicos también. Como atractivo extra, la afición a la ciencia-ficción suele ir de la mano con la pasión por la ciencia (ficción científica de hecho es una traducción más fiel de science fiction), y el libro es una gozada en ambos sentidos, porque desarrolla una aventura espacial de gran realismo y con planteamientos científicos muy cuidados. Para rematar, su narrativa es muy pero que muy cinematográfica, con lo que el anuncio de la adaptación generó muchas expectativas entre los lectores y los amantes del género.

Sin embargo, aunque su traslación a la gran pantalla ofrece un entretenimiento bastante decente con algunos puntos fuertes llamativos, también acusa una falta de intensidad importante, dejando la sensación de que hay mucho potencial sin aprovechar. Al público no parece importante tanto, pues la crítica es buena y la taquilla va bastante bien, pero a mí me ha dejado un regusto amargo. Para una vez que podemos tener una del género de gran presupuesto y con talento detrás (empezando por el director, pero también pasando por el notable reparto y cómo no el equipo técnico), resulta que se quedan bastante cortos. Sinceramente, hasta Prometheus (2012) me emocionó más, a pesar de tener un guion que se cae a pedazos, porque su aspecto visual es embriagador y la trama y el escenario ofrecen situaciones más variadas y vibrantes. El marciano tiene mejores personajes (más verosímiles y atractivos) y más consistencia en la trama, pero resulta bastante fría y arrítmica.

La proyección no empieza nada mal. Como el libro, nos lanza directamente a la tormenta y a la evacuación que da inicio al periplo del protagonista. Sus primeros pasos en la soledad marciana, tratando de encontrar una forma de extender su esperanza de vida hasta la posible y lejana misión de rescate, parecen llevarnos por al mismo viaje trepidante de la obra de Andy Weir. Pero pronto empieza a perder fuelle, los retos se diluyen en anécdotas poco interesantes y que no presentan peligros ni proezas que causen algún impacto. Llegamos a un punto en que Marte termina resultando una historia secundaria… y eso precisamente salva a la película, porque nos vamos a un teatro más atractivo y variado: la Tierra. La presentación de los personajes de la NASA y el JPL, que son un puñado largo, es bastante correcta. Nos ponemos a trabajar codo con codo con ellos y vamos conociendo sus posiciones (enseguida sabes a qué se dedica cada uno aunque no recuerdes su nombre), sus puntos fuertes y débiles, sus aspiraciones y las luchas y roces con los demás. Con este panorama, incluso te lamentas de que los tripulantes de la Hermes no tengan tanto tiempo en pantalla como ellos, porque también eran prometedores.

Y con estas, Marte casi desaparece. Llega un momento en que da la sensación de que faltan escenas, que Ridley Scott se volvió a pasar de duración y ha tenido que recortar parte del tramo final de la odisea de Watney, saltando directamente al intento de rescate. Por ejemplo, no se explica por qué hace un agujero en el techo del rover y pone un plástico haciendo una burbuja, como si faltara el momento en que le da utilidad a lo que sea eso. Tampoco creo que el viaje de tres mil kilómetros lo hiciera sin que le pase nada (en el original, de todo), porque queda un vacío ahí que resulta un salto narrativo algo torpe.

Así pues, el ritmo peca de irregular y de falto de vigor en varios segmentos, algunos bastante largos. La novela no resulta un drama de altos vuelos ni tiene especial trascendencia, pero sí mantiene una sensación de lucha y peligro constante, de que cada día en Marte es enfrentarse cara a cara contra la muerte. Lo mejor captado por Drew Goddard (el guionista) y Ridley Scott es el sentido del humor del protagonista, que trata de poner buena cara en todo momento, y el caos que se forma en la NASA. Pero la aventura de supervivencia resulta demasiado ligera, sin transmitir el peligro y la tragedia con la fuerza necesaria para dejar huella, lo que se empeora porque a la larga el exceso de humor resulta excesivo, por hacer chistes repetitivos y fuera de lugar. En lo sustancia, apenas tenemos buenas historias: la comandante y su equipo sufren muy poco por el abandono de un miembro de la tripulación, Watney sólo se curra el huerto y la idea para intentar comunicarse, el resto del tiempo no se enfrenta a nada llamativo, en la NASA acaban apareciendo tantos personajes sin desarrollar que se diluye la intensidad.

Estas limitaciones surgen del guion principalmente, pero el trabajo audiovisual tampoco es del todo eficaz. La dirección de Scott es más conservadora de lo habitual en un realizador dado a la magnificencia visual, con lo que contribuye a la falta de garra. Sí, hay belleza en los planos de Marte, y el decorado de la nave se aprovecha bien, pero por lo demás la puesta en escena no ofrece épica alguna, va como desganada.

Además, en las parte final tanto guionista como director se olvidan del todo de la ciencia para volcarse en el espectáculo. Es ridículo el corte en el traje para volar como Iron Man, como si una fuga tuviera potencia para ampliar la órbita, cuando se necesitan cohetes enormes y complicados cálculos; en la Hermes, los astronautas en ingravidez se mueven como quieren, se paran en el aire y arrancan de nuevo sin empujarse en ninguna pared; la lona en la nave de ascenso tampoco se entiende para qué la ponen, creo que estaba en e libro, pero no recuerdo que me pareciera que en él hubiera nada mal justificado. Ello hace del clímax final el momento más artificial y forzado, hasta el punto de que ya desconecté del todo de la película.

Tampoco luce como superproducción de más de cien millones. Es que me atrevo a compararla con la tontorrona serie b Los últimos días en Marte (Ruairi Robinson, 2013), que con unos ridículos diez millones lucía a un nivel bastante cercano (aquí el tráiler -que para variar te cuenta casi todo-). La banda sonora empobrece todavía más el acabado, porque donde se espera que la música realce la tragedia, matice la intriga o explote la acción, la floja partitura de Harry Gregson-Williams pasa sin causar la más mínima turbulencia en las emociones que debería transmitir la escena.

Así pues, El marciano es una película bastante entretenida que merece la pena ver en el cine, pero también resulta incapaz de emocionar y mucho menos de dejar un grato recuerdo. Quizá incluso por su ritmo moroso no aguante bien sucesivos visionados, algo que hasta la fallida Prometheus permite por su narrativa veloz y enérgica. Las otras incursiones recientes en Marte tampoco terminaron de convencer. La citada Los últimos días en Marte solo se la recomiendo a aficionados a la ciencia-ficción de terror básico (la típica de ir muriendo en fila), Misión a Marte (Brian De Palma, 2000) iba de pretenciosa pero era muy simplona, y Planeta rojo (Antony Hoffman, 2000) a pesar de su presupuesto era una serie b también muy justita.

Aparte tengo que mencionar que la calidad de los doblajes sigue bajando. En esta película mitad de los actores no parecen ponerle ganas, de hecho en alguna escena parece un doblaje amateur, con personajes que hablan sin matiz alguno en la voz cuando por la escena parece indicarse que están en tensión. Con el jugoso reparto que ha reunido Scott, el destroce es lamentable. El peor es el caso de Kate Mara, a quien le han encasquetado una voz muy reconocible y demasiado omnipresente: la de Natalie Portman, Keira Knightley, Scartlett Johansson, Anne Hatthawy y cualquier actriz joven que haya. Por el amor de dios, ¿es que no hay más dobladoras en el gremio? Me saca completamente del personaje e incluso de la película, pues me resulta falso e incluso desagradable, por ser una voz muy aguda que no le pega nada y que se escucha en demasiadas películas. Y por supuesto, donde hay doblaje hay traducción: vaya plaga de leísmo que asola el cine reciente. Hasta el poster comete faltas flagrantes: Traedle a casa. ¿Traedle qué, una pizza?

Capitán América: El Soldado de Invierno


Captain America: The Winter Soldier, 2014, EE.UU.
Género: Acción, superhéroes.
Duración: 136 min.
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo.
Guion: Christopher Markus y Stephen McFeely. Jack Kirby y Joe Simon (comic).
Actores: Chris Evans, Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson, Sebastian Stan, Anthony Mackie, Robert Redford, Cobie Smulders, Frank Grillo.
Música: Henry Jackman.

Valoración:
Lo mejor: Trama y personajes sólidos e interesantes, puesta en escena excelente. Entretenimiento de calidad asegurado.
Lo peor: Algún tópico y detalle menor.
Mejores momentos: La pelea en el ascensor. La lucha contra el soldado de invierno por las calles.
El agujero de guion: Cuando presentan a Batroc, el líder de los piratas, lo definen como asesino experimentado. Más adelante vuelven a mencionarlo y dicen que no se dedica al asesinato.
La frase: No me mire a mí. Yo hago lo mismo que él sólo que más lento.

* * * * * * * * *

Los Vengadores supuso la cima creativa del cine de superhéroes clásicos (Batman siempre ha ido aparte) y parecía poner el listón demasiado alto para el porvenir tanto de esta serie Marvel como en global. Iron Man 3 tiraba demasiado por el «más grande y ruidoso» y dejaba de lado el tono cercano y carismático que transmitía en sus orígenes, y el reinicio The Amazing Spider-Man resulta incomprensible por mirar hacia atrás en vez de hacia adelante (también es culpa del público, por no darle la espalda). Quedan esperanzas porque con Thor 2 han sabido seguir con lo clásico exprimiendo la fórmula de poner a los personajes por encima de los fuegos artificiales y ofrecer un entretenimiento sólido, sincero y divertido, pero queda por ver cuántos títulos más se pueden hacer sin que el género parezca desgastado y repetitivo. Ahí está El hombre de acero y su forzado o directamente falso sentido de la trascendencia y el espectáculo, por ejemplo. Quizá a sabiendas de esto con Capitán América 2 han dado un paso adelante, se han arriesgado a darle una vuelta de tuerca al género convirtiéndolo en un thriller. No habrán tirado de ideas revolucionarias, pero teniendo en cuenta lo que se juegan en taquilla desde luego es un movimiento valiente.

Sin ir más lejos sus pilares como thriller son evidentes, por ejemplo la posición del secretario en la trama se ve venir de lejos y la no-muerte de un personaje canta a distancia, pero la mezcla con superhéroes le da un aire renovado muy interesante y el guion es bueno y no deja la sensación de que se tira por caminos muy andados. El complot es firme y coherente (sin agujeros ni sensacionalismo) y la investigación se desarrolla con buen ritmo, con la combinación justa de intriga, acción y problemas personales. Resulta una película pausada para lo estandarizado en el cine de superhéroes, pero mantiene el interés siempre alto porque sabe colocar todas sus bazas en el momento justo. El humor, el drama, el suspense, la acción, el puzle y sus resoluciones, el dilema moral, el villano, el nuevo amigo, los fantasmas del pasado, la maduración del héroe y también de quienes le rodean… No deja ningún cabo suelto y todo está bien equilibrado y engrasado. Además la crítica a los abusos de gobiernos y de las agencias espionaje es clara y sorprendente dado que es una cinta comercial.

En la puesta en escena confiaron no sé por qué en los desconocidos hermanos Anthony y Joe Russo y estos han deslumbrado a lo grande. Su labor es comedida en el thriller, vistosa en las escenas más ampulosas y complejas, y muy inspirada en las peleas cara a cara. La lucha final en los helicarriers es larga y espectacular, destacando por los impecables efectos especiales, pero yo me quedo con las clásicas persecuciones y tiroteos. La inicial con Nick Fury se estira un poco de cara a la galería, pero la central con los héroes y la llegada definitiva del villano es magnífica. El trabajo de los Russo haciendo gala de un control absoluto de la escena resulta impresionante: la mezcla de persecución, tiroteos, luchas mano a mano y la aparición del enemigo intrigante e imponente ofrecen una secuencia absorbente además de espectacular donde no se deja de lado la conexión con protagonistas, que sudan de lo lindo. Y todo ello sin abusar de efectos especiales y artificios baratos, sino sabiendo rodar y narrar como es debido.

Sólo algún pequeño desliz afea un relato tan consistente y entretenido, y todos son relativos a la sensación de que se recurre demasiado a la «ciencimagia» para resolver algunas situaciones, como si no quisieran pararse a pensar un poco más la situación, algo que desentona con un guion tan cuidado en general. Por ejemplo es muy exagerado lo de leer el ADN desde satélites (para empezar debería haber una base de datos mundial), que la Viuda Negra lleve un lanzador de garfio en la muñeca que ocupa tan poco que ni se ve en el resto del filme, y que su móvil sea capaz de descrifrar una clave únicamente escaneando las teclas. Otras veces se fuerza el espectáculo por encima de credibilidad: cómo hacen un agujero enorme en el suelo del furgón sin afectar a la transmisión, el eje, el depósito… no costaba nada salir por la puerta. Tampoco me convence algún giro como el tramposo maquillaje-holograma, o que no se explica cómo llaman al concejal o diputado fingiendo ser el secretario Pierce. Otro detalle un poco cantoso es el diseño de los servidores de los helicarriers, expuestos en una cúpula de cristal absurda donde son un objetivo fácil (como efectivamente podemos comprobar en el clímax); no sé en qué pensaban, si creían que era más vistoso así o qué, pero no resulta verosímil. En resumen, a veces da la impresión de que por ser más fantasía que ciencia-ficción se piensan que todo está permitido, y no es así cuando afecta a la credibilidad más básica y a la narrativa.

Y finalmente me parece también digna de señalar la ya afianzada, extraña y cansina idea de colar epílogos o enlaces con los siguientes capítulos después de o entre los créditos, escenas que además sólo los fans de los cómics pueden entender; para rematar, la que nos toca aquí resulta surrealista: aparecen dos mutantes, y como no pueden decir esa palabra, que es marca registrada por la competencia (¡!), los llaman «milagros».

* * * * * * * * *

Serie Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
-> Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
Los Vengadores: Fin del juego (2019) (versión sin spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda negra (2021)
Los Eternos (2021)

Capitán América: El primer Vengador


Captain America: The First Avenger , 2011, EE.UU.
Género: Acción, superhéroes.
Duración: 124 min.
Dirección: Joe Johnston.
Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely.
Actores: Chris Evans, Hayley Atwell, Sebastian Stan, Tommy Lee Jones, Hugo Weaving, Dominic Cooper, Richard Armitage, Stanley Tucci, Samuel L. Jackson, Toby Jones, Neal McDonough.
Música: Alan Silvestri.

Valoración:
Lo mejor: Personajes, diálogos, puesta en escena. Sabe exprimir el género de maravilla: héroes, villanos, fortalezas, dilemas morales, confrontaciones… todo se aprovecha bastante bien.
Lo peor: Unas veces parece un resumen y otras que le faltan escenas. Los efectos digitales se quedan a medias, y a veces incluso cantan bastante.
La frase: Yo no te voy a besar.

* * * * * * * * *

Con Capitán América, de la que no esperaba nada, me he encontrado por sorpresa con una de las mejores películas de superhéroes Marvel, con un guion que sabe manejar cada elemento y tópico del género de manera hábil y una puesta en escena bastante espectacular. La exposición del nacimiento del héroe es de las mejores que he visto (aunque a veces quede un poco raro el trucaje para adelgazar al protagonista) y su maduración resulta bastante creíble… hasta cierto punto, pues después de tanto indicar que el elegido tiene algo especial además de ganas de guerra, resulta que el tío lo primero que hace en toda confrontación es ir de frente sin más, meterse de lleno entre las tropas enemigas sin pensar en algún plan, quizá sabiendo que los soldados enemigos siempre atacan de uno en uno. O dicho de otra forma, los planes de los buenos y las escenas de acción se los podían haber trabajado un poco más, pues echan a perder personajes que tenían buena base. Los secundarios más importantes resultan también muy correctos, en especial el villano y su científico, pero también los del bando bueno, como el genio de Stark o el general; a la chica le faltaría un poco más de dedicación, pero no es grave; la verdadera pega es que con la falta de tiempo otros caracteres quedan muy atrás, como el grupo que se une al Capitán en el ecuador de la historia (da la sensación, como ocurrió en Thor, de que están ahí para contentar a los fans del cómic).

Destacan diálogos sumamente ingeniosos y divertidos así como escenas que además de resumir un proceso de maduración que podía haber sido muy largo resultan excelentes como momento cómico (por ejemplo, la bandera y la granada del entrenamiento, que justifican la elección de nuestro protagonista ante otros en apariencia más preparados). Pero hay mucho que contar y algunas partes se ventilan a modo de videoclips o saltos de tiempo que dejan una ligera sensación de que se ha resumido en exceso. Pero era casi obligatorio si no querían elegir entre partir la película en dos y dejar la historia a medias o simplificarla en exceso. Y por el lado contrario, viendo que en unas partes les falta tiempo cabe preguntarse por qué alargan tantísimo la sección dedicada a los bonos de guerra, que se hace bastante pesada.

La realización es buena en cuanto al sentido del espectáculo, pero quieren abarcar tanto que a veces resulta irreal, por exagerada o porque los efectos especiales no pueden llegar a tales límites si no es con el doble de tiempo y dinero. Aunque la recreación de la época es excelente, con grandes persecuciones por las calles de los años 40, y los vehículos y fortalezas enemigos resultan enormes y bien diseñados, algunos momentos terminan dejando ver un exceso de ambición y no quedan del todo bien: algún plano de combate o de tanques gigantes canta a pantalla de fondo y efecto digital menor. Yo prefiero poco pero bien hecho y donde prime la trama, y lo cierto es que ésta aquí está bastante bien trabajada, así que esos fallos o excesos no me han molestado demasiado. Incluso escenas cumbre que podrían resultar previsibles, como la clásica confrontación final en la guarida del enemigo, mantienen el interés y sentido del espectáculo muy bien, y no resulta especialmente grave que algunos instantes (como la persecución del coche al avión) no sean visualmente perfectos.

En cuanto al reparto, sorprende ver la maduración de Chris Evans, quien resultó insoportable en la abominación de Los cuatro fantásticos pero ha pasado a convertirse en un intérprete bastante correcto (eso sí, un poco absurdo que repitan con él habiendo sido ya rostro de un héroe Marvel). Aun así, enormes nombres eclipsan su figura: brillan con luz propia la estupenda composición de villano que hace Hugo Weaving o las impresionantes aportaciones de Tomy Lee Jones. La chica (Hayley Atwell, yo la conocí en Los pilares de la Tierra) en cambio queda bastante en segundo plano, ya sea porque su personaje no es muy llamativo o porque le falta algo de carisma. Los secundarios están excelentes, en especial Stanley Tucci y Tobey Jones.

El ambiente de universo Marvel que posee la cinta funciona de maravilla, dándole esa idea buscada de que es un capítulo que forma parte de una serie que se encamina hacia un desenlace (Los Vengadores). La presencia del padre de Tony Stark (con su exposición tecnológica al estilo de Iron Man), así como el prólogo y el epílogo dedicados a traer al Capitán al presente con Shield, encajan a la perfección en la propia historia interna de la película. Y viendo los buenos resultados de esta entrega, la esperada Los Vengadores ha ganado considerable interés entre los amantes del género.

* * * * * * * * *

Saga Los Vengadores:
Iron Man (2008)
Iron Man 2 (2010)
Thor (2011)
-> Capitán América: El primer Vengador (2011)
Los Vengadores (2012)
Iron Man 3 (2013)
Thor: El mundo oscuro (2013)
Capitán América: El Soldado de Invierno (2014)
Guardianes de la galaxia (2014)
Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)
Ant-Man (2015)
Capitán América: Guerra Civil (2016)
Doctor Strange (2016)
Guardianes de la galaxia, Vol. 2 (2017)
Spider-Man: Homecoming (2017)
Thor: Ragnarok (2017)
Black Panther (2018)
Los Vengadores: La guerra del infinito (2018)
Ant-Man y la Avispa (2018)
Capitana Marvel (2019)
Los Vengadores: Fin del juego (2019) (versión sin spoilers)
Spider-Man: Lejos de casa (2019)
Viuda Negra (2021)
Los Eternos (2021)
Spider-Man: Sin camino a casa (2021)